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La metedura de pata de Brown le persigue antes del último debate

Reuters

El primer ministro británico, Gordon Brown, necesita una gran actuación en el último debate electoral televisado antes de las elecciones generales si quiere hacer olvidar la metedura de pata del miércoles, cuando llamó "intolerante" a una votante laborista, desatando una oleada de críticas negativas.

Brown ha dicho que los laboristas están inmersos en "la pelea de sus vidas" por mantenerse en el poder después de 13 años, pero su error del miércoles se lo pone más difícil. Los conservadores encabezan todos los sondeos, con los laboristas y el tradicional tercer partido, los liberales-demócratas, en dura pugna en segunda posición.

"Ayer fue ayer. Hoy quiero hablar sobre el futuro de la economía", dijo Brown el jueves en una fábrica cerca de Birmingham, donde tendrá lugar el debate televisivo esta noche. Pero su metedura de pata seguía dominando los medios.

El primer ministro, retratado por sus detractores como un bravucón con escasas habilidades sociales, fue pillado por un micrófono abierto quejándose de una mujer de unos 60 años con la que había estado hablando en la calle y que le preguntó por algunas de las políticas de su Gobierno.

"Simplemente es como una mujer intolerante", dijo a uno de sus asesores tras hablar con Gillian Duffy. Las palabra fueron repetidas constantemente por los medios de comunicación.

Tras reconocer su error, acudió a casa de Duffy a disculparse, pero su arrepentimiento podría no bastar a muchos votantes antes de los comicios de dentro de una semana, lo que incrementa la presión sobre Brown en el último debate electoral.

Aunque ha sido bochornoso para Brown, no afectará a la forma en que la mayoría de las personas votan, según un sondeo de opinión.

Una encuesta de YouGov para el periódico Sun halló que sólo un 9 por ciento pensaba que eso les haría menos proclives a votar por los laboristas. Un 3 por ciento dijo que les haría más propensos a respaldar a Brown, un 5 por ciento estaban indecisos y un 83 por ciento dijo que no les supondría diferencia alguna.

Los debates de estilo estadounidense, que se producen por primera vez en la política británica, han dominado la campaña y este último se centrará en la economía, el tema más importante de las elecciones cuando el país lucha con un crecimiento lento y un déficit alto.

"Creo que este debate bastará por sí solo", dijo el líder conservador David Cameron, que se postula para reemplazar a Brown como primer ministro si su partido gana.

"Es un momento muy importante en las elecciones", dijo a la BBC TV.

El laborista Alan Johnson dijo a la BBC que Brown "iría a por todas" en este debate.

EL TERCER HOMBRE

El tercer hombre que estará en el debate con Brown y Cameron será el líder liberal-demócrata Nick Clegg, cuya popularidad aumentó tras su consistente actuación en el primer encuentro.

Los sondeos de opinión predicen que los liberales-demócratas obtendrán suficientes votos para impedir que los otros dos partidos tradicionales obtengan una mayoría absoluta en el parlamento, un resultado no visto desde 1974.

Economistas y analistas financieros ven un 65 por ciento de posibilidades o más de que se produzca un parlamento sin mayoría, según un sondeo de Reuters el jueves, que da ese resultado con un 10 por ciento más que hace un mes.

Un sondeo de expertos de 32 bancos, corredurías, consultorías y otras instituciones financieras que regularmente contribuyen al sondeo de Reuters sobre los tipos de interés del Banco de Inglaterra mostró que todos salvo uno pensaban que una mayoría parlamentaria de los conservadores sería lo mejor para los mercados.

Un sondeo de Reuters/Ipsos MORI sobre los "escaños marginales", que están en manos de los laboristas pero que los conservadores necesitan para obtener un triunfo a nivel nacional, sugirió que la elección arrojaría un parlamento sin mayoría.

También halló que casi la mitad de los votantes de esos escaños podrían aún cambiar de opinión, lo que sugiere que el resultado es aún bastante abierto.

Los conservadores, liderados por el telegénico David Cameron, dicen que este "Parlamento dividido" pondría nerviosos a los mercados y perjudicaría la economía porque los partidos estarían enfrentados por la política en lugar de atajar el déficit, que se sitúa en un 11 por ciento del PIB.

Los medios seguirán el debate para ver cuáles son las posiciones de los tres respecto al recorte del déficit, un tema en el que los políticos han sido poco claros hasta ahora, temerosos de ahuyentar a los votantes, respecto a dónde aplicarían la tijera.

Los conservadores quieren presentar un presupuesto de urgencia para recortar el gasto, una decisión que dicen ayudará a mantener la calificación crediticia de AAA de Reino Unido. Tanto los conservadores como los 'Lib Dems' han advertido de que el país se enfrenta a una crisis similar a la griega si no se recorta drásticamente el déficit.

Los laboristas, por su parte, destacan algunas señales de crecimiento, que dicen que estaría en peligro si se hicieran demasiado pronto recortes demasiado profundos.

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