La canciller alemana, Angela Merkel, rechazó el martes las críticas al mortífero ataque aéreo en Afganistán instigado por Alemania e instó a alcanzar un acuerdo este año sobre cómo transferir la responsabilidad de la seguridad a las autoridades afganas.

En un discurso ante el Parlamento a tres semanas de las elecciones generales, Merkel dijo que las tropas alemanas aún tienen una responsabilidad en Afganistán pero repitió la petición de celebrar una conferencia internacional para acordar cómo entregar el control de la seguridad, lo que permitiría a la OTAN reducir sus efectivos en el país.

Merkel prometió realizar un amplio informe sobre el ataque.

"No vamos a pasar nada por alto, pero tampoco aceptaremos una condena prematura. Me niego a tolerar eso, tanto desde dentro de Alemania como desde el exterior", dijo.

El Gobierno de Merkel está bajo una intensa presión desde el ataque del viernes contra dos camiones de combustible en el norte de Afganistán, ejecutado por orden de las tropas alemanas. Según responsables afganos, murieron decenas de personas, entre ellas muchos civiles.

El presidente afgano, Hamid Karzai, dijo que la decisión fue un gran "error de apreciación".

Algunos socios europeos y políticos de Alemania cuestionaron la decisión de ordenar el ataque aéreo y criticaron al Gobierno por salir demasiado pronto a decir que no habían muerto civiles.

La misión de la OTAN en Afganistán, la ISAF, admitió el martes que cree que algunos civiles murieron y que otros resultaron heridos. Hasta ese momento sólo habían hablado de civiles heridos.

CAMPAÑA ELECTORAL

El ataque fue la operación más mortífera en la que han participado soldados alemanes desde la Segunda Guerra Mundial y ha colocado la situación de Afganistán en el corazón de la campaña electoral.

La mayoría de los alemanes quieren que los 4.200 soldados de su país regresen a casa, y con la violencia aumentando en Afganistán, también se está reduciendo el apoyo a la misión de la OTAN, que ya se prolonga desde hace seis años, en otros países occidentales.

Sin embargo, los principales partidos alemanes apoyan el despliegue de sus tropas en Afganistán, lo que supone que ni los conservadores de Merkel ni sus socios de coalición, los socialdemócratas, obtendrán réditos políticos de esta cuestión, según los analistas.

"El debate de Afganistán no va a ayudar mucho a ninguno de los dos partidos porque hay un consenso entre los partidos sobre la política afgana", dijo Klaus-Peter Schöppner, director de la empresa de sondeos EMNID.

Merkel insistió en que Afganistán se debe mostrar más dispuesta a asumir una mayor responsabilidad en temas de seguridad.

"Las segundas elecciones presidenciales en Afganistán marcan el comienzo de una nueva era en las relaciones entre la comunidad internacional y Afganistán", dijo la canciller.

Merkel añadió el primer ministro británico, Gordon Brown, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, están de acuerdo en que hay que adoptar decisiones.

Además lamentó la pérdida de vidas inocentes y prometió una investigación completa sobre lo ocurrido.