La nueva coalición de Gobierno en Alemania encabezada por la canciller Angela Merkel, empezará su andadura incumpliendo sus promesas electorales. Tanto la Unión como los liberales y los socialistas bávaros habían prometido una rebaja de impuestos en sus programas electorales pero la delicada situación de las arcas públicas hacen inviable este proyecto. Alemania cuenta con 30.000 millones de euros de deuda pública y el nuevo Ejecutivo no tendrá más remedio que recortar sus previsiones de gasto.

La crisis económica ha provocado que los países europeos tengan que enfrentarse a serios recortes presupuestarios en los próximos años y Alemania no se librará de ello. Según el diario económico Handelsblatt, el nuevo Gobierno de Merkel con los liberales tendrá que llevar a cabo una sustancial rebaja del presupuesto el próximo año, impidiendo que se cumplan algunas de las promesas electorales.

Merkel, después de las elecciones, ya trató de convencer a las otras formaciones de que una rebaja de impuestos en estos momentos era prácticamente imposible.

Al final, las tres formaciones se han dado cuenta de la imposibilidad de plantear sus planes económicos. Según el periódico, el presupuesto del que podrá disponer la coalición está entre los 25.000 y 30.000 millones de euros, mientras que sólo el modelo de tributación propuesto por los liberales ya costaría unos 35.000 millones de euros.

Guido Westerwelle, líder de los liberales, se va a ver en un aprieto con estas cuentas ya que empezará la nueva legislatura sin cumplir uno de los puntos estrellas del programa: 'Unos impuestos justos para que trabajar merezca la pena, mejores posibilidades educativas y mayor respeto a los derechos ciudadanos'.

El propio experto en Finanzas del partido más que posible titular de esa cartera, Hans-Otto Solms, reconocía este fin de semana que el agujero presupuestario de 30.000 millones de euros hasta 2013 'limita las posibilidades de hacer amplias rebajas fiscales'.