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Lima cierra un acuerdo climático con muchos frentes abiertos

El documento aprobado insta a los países a presentar acciones contra el calentamiento y emplaza a una futura resolución en París 2015

PÚBLICO / EFE

La Cumbre del Clima de Lima ha aprobado un documento que implica que, por primera vez en la historia de las negociaciones climáticas, todos los países deben presentar acciones para combatir el calentamiento, de manera que encauza un futuro acuerdo en París 2015, aunque deja muchos frentes abiertos. Según el texto adoptado, La llamada a la Acción de Lima, todos los países tienen que presentar a Naciones Unidas, antes del 1 de octubre de 2015, compromisos 'cuantificables' de reducción de gases de efecto invernadero de una manera 'clara, transparente y entendible por todos'.

Esos compromisos deben ser 'ambiciosos' y 'justos de acuerdo a las circunstancias nacionales', y han de ir acompañados de información detallada de las acciones qué va a desarrollar el país para que esa disminución de emisiones se cumpla. También se 'invita' a los países a que incluyan en sus compromisos cómo van a contribuir a financiar la adaptación a las sequías, subida del nivel del mar o pérdida de cosechas que acarreará el cambio climático; una fórmula lingüística elegante para tranquilizar a los países en desarrollo que se negaban a firmar nada que no hiciera referencia a la adaptación.

El otro gran avance del acuerdo de Lima, alcanzado in extremis en un intenso día de prórroga de las negociaciones, es que, tras la presentación de los compromisos, la ONU analizará el impacto global de esas contribuciones nacionales para determinar si son suficientes para que la temperatura del planeta no suba más de dos grados a finales de siglo, respecto a niveles preindustriales.

La mayoría de los líderes de las delegaciones nacionales declararon que La llamada a la Acción de Lima facilita 'una estructura de trabajo para continuar trabajando en el acuerdo de Francia, como dijo el enviado de Cambio Climático de la Administración Obama, Todd Stern. 'Han sido días muy intensos pero estamos satisfechos de haber podido alcanzar un texto, que es el mejor en estos momentos', declaró el secretario de Estado español de Medio Ambiente, Federico Ramos.

El texto contiene muchas referencias a los 'elementos' que deberá contener ese futuro acuerdo de París, pero sin concretarlos, ya que en los trece días que ha durado la reunión quedó claro que, en Lima, el consenso iba ser imposible en torno a esos temas. Ese hecho, implica 'que quedan muchos frentes abiertos y mucho trabajo por delante el próximo año' para que París sea un éxito, asegura Teresa Ribera, directora de uno de los principales lobbies climáticos europeos, el IDDRI.

Lima deja abierta, por ejemplo, la fórmula jurídica que tendrá el futuro acuerdo, aunque propone tres opciones: 'protocolo', 'instrumento legal' o 'resultado acordado'. Y habla de que deberá ser un pacto 'equilibrado y de equidad', que contenga 'responsabilidades comunes pero diferenciadas', pero no detalla cómo se va articular esa diferenciación. Apela a desarrollar un mecanismo internacional para pérdidas y daños asociados con los impactos del cambio climático, y a implementar la financiación a la adaptación, pero no cuenta cómo ni presenta una hoja de ruta para alcanzar los 100.000 millones de dólares comprometidos por los países en esta última materia para 2020.

Tampoco aclara qué va a hacer la ONU si al contabilizar los compromisos de reducción que le presenten los países detecta que son insuficientes para que la temperatura global no supere esos dos grados, que podrían convertir el planeta en un lugar 'inhabitable' según los científicos. El presidente de la Cumbre, el ministro peruano Manuel Pulgar Vidal, despedía la reunión afirmando que La llamada a la Acción de Lima 'da esperanza al mundo', pero, como ha reconocido Christiana Figueres, la secretaria de la Convención de Cambio Climático de la ONU, 'queda mucho por hacer' para que el acuerdo de 2015 sea efectivo para afrontar este problema.

Las mayoría de las organizaciones ecologistas y sociales que han seguido las negociaciones de la cumbre han criticado que el acuerdo es un 'plato a medio cocinar para reducir las emisiones'. A juicio de Tatiana Nuño, portavoz de Cambio Climático de Greenpeace España, el texto aprobado 'es muy débil en la definición de cómo los países tendrán que presentar los compromisos para reducir las emisiones contaminantes' de cara a ese futuro acuerdo. 'La negociación climática ha terminado con los países dejando todas las decisiones difíciles para el futuro', agregó. No obstante, valoró que 'el borrador que se negociará el año que viene para París incluya alcanzar cero emisiones de CO2 para el año 2050'. Según la portavoz de Greenpeace, 'vale la pena luchar por ese futuro libre de emisiones al que ya se están uniendo voces de todo el mundo, desde grupos de jóvenes a los líderes empresariales, grupos religiosos y sindicatos'.

Para Samantha Smith, líder de la Iniciativa Global de Clima y Energía de WWF, los gobiernos reunidos en Lima 'fallaron rotundamente en alcanzar un acuerdo sobre planes específicos para reducir las emisiones antes del 2020, con el cual se sentarían las bases para terminar la era de los combustibles fósiles y se aceleraría el paso hacia las energías renovables y una mayor eficiencia energética', explicó Smith. La portavoz de WWF insistió en que la ciencia 'es clara' a ese respecto: 'demorar las acciones hasta el 2020 hará que sea casi imposible evitar los peores impactos del cambio climático', pero, en su opinión, en Lima 'ganó la conveniencia política sobre la urgencia científica'. 'Los negociadores han desaprovechado la ola de optimismo político sobre la que iniciaron las negociaciones', consideró.

En la misma línea, Winnie Byanyima, director ejecutivo de Oxfam Internacional, señaló que la reunión de Perú puso de manifiesto que 'todavía hay un enorme y creciente brecha entre el enfoque de algunos negociadores del clima y la demanda pública de acción'. Pero en lugar de hacer decaer a los ciudadanos, lo aprobado en Lima debe ser 'una llamada a la acción aún más fuerte, para que la gente de todo el mundo exija a los Gobiernos un cambio de dirección', concluyó.

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