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Legutiano recupera la calma mientras los policías buscan pruebas en los escombros

EFE

La localidad alavesa de Legutiano, escenario del atentado de ETA contra la casa cuartel de la Guardia Civil, intenta hoy recuperar la tranquilidad tras el susto vivido por sus habitantes, mientras la policía científica busca pruebas entre los escombros del edificio.

Muchos vecinos de Legutiano se despertaron ayer sobresaltados al sentir la explosión que acabó con la vida de Juan Manuel Piñuel, uno de los guardias civiles que vivía en la casa cuartel, a la salida del pueblo.

Un día después del atentado, el edificio se mantiene en pie rodeado de cascotes y cubierto de grietas, sin que aún se sepa cuál será su futuro.

El aspecto que presenta, parcialmente derruido, no hace prever una solución inmediata. La policía científica, ajena a los flashes que no dejan de sonar a unos cincuenta metros, donde están situados los periodistas y reporteros gráficos, sigue trabajando para encontrar nuevas evidencias.

Las familias que vivían hasta ayer en el interior del cuartel intentaban hoy recuperarse del horror vivido acogidos en otro cuartel, el de Sansomendi en Vitoria.

Mientras tanto, sus vecinos de Legutiano intentaban volver a la normalidad y quienes han sufrido daños materiales en sus casas por la explosión se han acercado al Ayuntamiento para tramitar la denuncia correspondiente. Por ahora, una treintena.

A las doce del mediodía, una parte del pueblo de Legutiano ha interrumpido sus tareas para concentrarse en las escaleras del Consistorio, en señal de duelo y de condena por el atentado.

Un centenar de ciudadanos han respondido a la convocatoria de la corporación municipal, donde las formaciones nacionalistas son mayoría (EA 3 ediles, PNV 3 y PSE uno).

Algunos comerciantes, como el carnicero que tiene su establecimiento junto al Ayuntamiento, han parado un cuarto de hora para sumarse a la protesta.

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