El príncipe Felipe, heredero de la corona española, entregó hoy el Premio Europeo Carlos V al ex secretario general de la OTAN y ex Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea Javier Solana, de quien alabó su trabajo "infatigable" para que Europa sea un "actor global".

Felipe de Borbón aprovechó el evento, celebrado en el Monasterio de Yuste, en Cáceres (oeste español) para lanzar un "mensaje de convicción y esperanza en Europa", cuando se cumplen 25 años del ingreso de España y Portugal en el proyecto comunitario, y abogó por continuar con una construcción europea que ha traído paz, libertad y prosperidad.

Al acto de entrega del premio, concedido por la Fundación Academia Europea de Yuste, asistieron, entre otros, la ministra española de Cultura, Ángeles González Sinde, y los ex presidentes portugués y español Jorge Sampaio y Felipe González, respectivamente.

Solana, "español universal" y "europeísta convencido", según el príncipe, encarna la dedicación por la unificación europea y la promoción de sus valores que distinguieron a Carlomagno y Carlos V, dos reyes que dan nombre a dos galardones recibidos por Solana.

El príncipe Felipe destacó que siendo Solana secretario general de la Alianza Atlántica se acordó el Acta Fundacional con Rusia y la primera ampliación de la OTAN a países de la Europa central como "la querida Polonia".

Al frente de la política exterior europea, relató, Solana vivió los tiempos de cambio de la caída del "telón de acero", el impulso del Tratado de Maastricht, misiones militares de la UE, la puesta en circulación del euro o la ampliación comunitaria a 27 estados.

A juicio del príncipe Felipe, Javier Solana ha ejercido sus responsabilidades con "especial sensibilidad hacia los problemas, crisis y conflictos que aquejan al mundo".

También destacó los 25 años de plena participación de Portugal y España en el proyecto europeo y los lazos que en este período han tejido juntos los dos países.

Solana, por su parte, aseguró que la UE es "un viaje constante de profundización, de ampliación y de reforma, un proceso que debe adaptarse al paisaje cambiante del mundo en cada momento que nos toca vivir, pero siempre avanzando en la integración".

También se refirió a los cambios que se están produciendo en países del Mediterráneo, como Túnez y Egipcio, y aseguró que Europa no puede ser ajena a esos movimientos y, por eso, debe "acompañar a esos ciudadanos en el proceso de recuperación de sus derechos legítimos".