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Israel quiere seguir construyendo asentamientos desoyendo a EEUU

Netanyahu propone ampliar las colonias judías en Cisjordania y declarar después una moratori

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El Gobierno israelí aprobará en los próximos días, si no lo impide Estados Unidos, la construcción de cientos de viviendas para colonos judíos en la Cisjordania ocupada y sólo después declarará una corta 'moratoria', de duración indeterminada, en la construcción en los asentamientos de los territorios ocupados, moratoria que no afectará a los planes aprobados.

Se trata de una fórmula que ha ideado el primer ministro Binyamin Netanyahu para seguir construyendo durante su mandato de cuatro años a un ritmo similar al de ahora, ya que a los cientos de viviendas que aprobará próximamente se tienen que sumar más de 2.000 que en estos momentos están en proceso de construcción por todas partes, o ya han sido aprobadas.

EEUU considera que la decisión israelí es contraria a su plan de paz

El nuevo proyecto se anunció el viernes a bombo y platillo en Israel. Apenas unas horas después, la Casa Blanca dijo que lo 'lamentaba' y fuentes de la Embajada de Estados Unidos en Tel Aviv lo criticaron y expresaron sus 'dudas' de que lo acepte el presidente Barack Obama. En París, el presidente palestino, Mahmud Abás, lo calificó de 'inaceptable' y reiteró que no negociará con Israel hasta que se congelen totalmente las obras.

Fuentes diplomáticas hebreas indicaron que sobre el tema de la 'congelación' no se ha llegado a ningún acuerdo en las reuniones que esta semana han celebrado israelíes y estadounidenses en Washington, y se espera que las discusiones continúen en los próximos días, cuando el enviado George Mitchell viaje a Israel.

Netanyahu no quiere hablar de 'congelación' y prefiere usar la palabra 'moratoria', pues cree que este término expresa mejor su intención de aplazar durante algunos meses, no más de seis, la construcción en Cisjordania, y se niega en redondo a hablar del tema de Jerusalén Este.

El primer ministro tampoco está dispuesto a estipular la duración exacta de la 'moratoria', y quiere tener las manos libres para terminarla cuando lo considere oportuno. Esto ocurriría si los países árabes no adoptan rápidamente 'gestos' favorables a Israel.

Netanyahu espera que los árabes concreten una gran 'variedad' de 'gestos' entre los que se incluyen la habilitación del espacio aéreo para los vuelos de la compañía El Al hacia el Extremo Oriente, y la apertura de oficinas israelíes en capitales árabes. Algunos países cerraron estas oficinas a raíz de la invasión la franja de Gaza de enero que se saldó con la muerte de más de 1.213 palestinos, la mayoría civiles.

La administración de Obama no acaba de tomarle la medida al Gobierno israelí. Netanyahu está demostrando tener unas grandes habilidades para escurrir el bulto y lleva desde la pasada primavera eludiendo las sugerencias de Estados Unidos para poner fin a la construcción en Cisjordania.

El primer ministro insiste en que está dispuesto a 'negociar', una táctica que han aplicado con éxito sus predecesores, quienes también han 'negociado' sin llegar nunca a ningún acuerdo mientras impulsaban la expansión judía en los territorios ocupados.

La propuesta de una 'moratoria' ambigua e indefinida es otra estrategia que en la práctica permitirá a Israel seguir construyendo sin descanso, a un ritmo similar al de los últimos años, en las colonias judías, creando situaciones irreversibles, mientras simula una negociación que en realidad no existe.

Abás sabe que cada día que pasa y se sigue construyendo en Cisjordania se está más lejos de la paz, de ahí que condicione la reanudación de las negociaciones a una congelación completa por parte de Israel. Sin embargo, su posición es tan débil que ahora mismo parece imposible que consiga nada.

En algunos medios palestinos, incluidos los de Fatah, se propone retomar la resistencia violenta contra la ocupación, argumentando que éste es 'el único lenguaje que entiende Israel'. Se pone como ejemplo la retirada israelí del sur de Líbano en 2000, debida al acoso constante de Hizbolá, o la retirada israelí de la franja de Gaza, en 2004, gracias a la lucha armada de Hamás y de otras facciones palestinas.

Netanyahu espera recibir en los próximos días una invitación de Obama para celebrar una cumbre con Abás aprovechando la Asamblea de las Naciones Unidas de finales de septiembre. El líder israelí no hace ascos a reuniones pero es obvio que no tiene la menor intención de abandonar los territorios ocupados.

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