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Información e intimidad, lo público y lo privado

Periodistas y afectados confrontan opiniones

JAVIER SALAS

“Se ha llegado muy lejos, más allá de lo razonable, y hay que hacer algo ante los excesos”. “Aunque no lo haya buscado, por ser hermana de quien es se trata de un personaje público sobre el que los medios tienen derecho a informar”. La primera frase corresponde al showman Andreu Buenafuente, quien el año pasado consiguió que la Justicia condenara a dos revistas del corazón a indemnizarle por intromisión ilegítima en su intimidad. La segunda reflexión la hace el abogado Marcos García Montes. Los dos hablan sobre lo mismo.

Las medidas cautelares solicitadas por Telma Ortiz plantean de nuevo el debate maniqueo sobre la difusa frontera entre el derecho a la intimidad y el derecho a la información. Tanto es así que ha delimitado diferencias entre periodistas y periodistas. Por una lado, peñafieles y lydiaslozanos se rasgaban las vestiduras y se constituía una (extraña) plataforma llamada ‘Nos gusta la prensa rosa’. Por otro, la Asociación de la Prensa de Madrid condenaba, mediante comunicado, “la intromisión abusiva en la privacidad” y mostraba su preocupación ante el “aumento de casos” de personajes –“sobre todo mujeres”– que viven la “persecución de los medios”.

Sufrido en sus carnes

Quienes han vivido en sus carnes los manejos del corazón no tienen dudas. Juan Ramón Lucas consiguió que se le indemnizara por un reportaje emitido en Salsa rosa: “La pregunta es si estamos hablando o no de periodismo”, asegura. Y continúa: “Periodismo implica compromiso con la verdad y contrapeso del poder; luego hay productoras, que son empresas, cuyo núcleo está en el negocio por el negocio”.

Buenafuente va más allá. “Apoyo totalmente a Telma; yo estoy tratando de hacer lo mismo en mi modesta parcela”, recuerda, sobre sus victorias judiciales. El humorista considera que “es necesario revisar la ley que protege la intimidad de los teóricos personajes públicos, que es una etiqueta que deciden los otros, no tú”. “Telma realizó una entrevista con Gabilondo”, asegura por el contrario García Montes, “con lo que ha entrado en los medios como personaje público que genera interés informativo”. ¿El precedente que sentó el caso de Carolina de Mónaco? “Un disparate que va en contra de toda la doctrina”.

En opinión de Buenafuente, “la prensa rosa siempre tendrá un plan b, c, d y hasta un r” para “pasarse por el forro” las resoluciones judiciales contrarias. Eso sí: “Que legislen aquellos a los que corresponda, que yo no puedo, tengo un programa diario”. 

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