La bolsa española cerró el martes con descensos por la toma de beneficios de los inversores tras las subidas recientes y ante la resistencia de la barrera psicológica que plantea el nivel de 12.000 puntos.

"Hemos seguido a Wall Street, pero el mercado parece suficientemente firme. Si el Standard & Poor's pierde los 1.100, entonces podría haber más pérdidas", dijo un operador madrileño.

El selectivo Ibex-35 cerró la sesión con una caída del 0,23 por ciento hasta los 11.959 puntos, mientras que el índice general de la Bolsa de Madrid cayó un 0,22 por ciento.

"Ayer se cerró en máximos de hace más de un año y hoy se ha producido la lógica recogida de beneficios. Los 12.000 están demostrando ser una fuerte barrera psicológica y hoy no ha habido 'drivers' importantes para romperlos", explicó otro operador.

El valor más destacado de la jornada fue Técnicas Reunidas, que cayó un 5,18 por ciento después de que su presidente vendiera un siete por ciento del capital de la empresa con fuerte descuento.

Los 'blue chips' del selectivo tuvieron un comportamiento dispar durante la jornada, cayendo un 0,93 por ciento en el caso del Santander y con un alza del 0,23 por ciento para BBVA.

Telefónica, que anunció el martes que unificará sus marcas de telefonía fija y móvil en España y Latinoamérica bajo la denominación de Movistar, subió un 2,28 por ciento.

La compañía también se vio favorecida por una nota de Fitch que mantenía su calificación sobre la operadora en 'A-' con perspectivas estables, destacando su modelo de negocio.

Iberdrola repuntó un 0,23 por ciento.

Entre el resto de valores de la bolsa española destacó el repunte de la constructora Sacyr, que subió un 2,17 por ciento, tras la mejora en la recomendación que le dan los analistas de UBS a "neutral" desde "vender".

También Telecinco mostró un buen comportamiento, cerrando la sesión un alza del 1,14 por ciento tras mostrar su presidente su confianza en fusiones en el sector.

Fuera del Ibex-35, Metrovacesa se situó entre los grandes perdedores, con un descenso del 3,18 por ciento tras presentar la víspera unas pérdidas de 788,7 millones de euros y reconocer que había tenido que pedir a sus bancos acreedores y accionistas la conversión de dos líneas de crédito en un préstamo participativo para salir de las causas de disolución previstas por la ley.