Cándido Méndez (Badajoz, 1952) se enfrenta a su quinto mandato al frente de UGT con ánimo renovado. Asegura que en las últimas semanas ha percibido la energía en las bases del sindicato y que la crisis no ha hecho mella en las ganas de luchar de los afiliados.

Su primer mandato arrancó en 1994 en los coletazos de una crisis y confía en el 'activo' de su experiencia para capear una de las peores recesiones a las que se puede enfrentar España. Se muestra parcialmente satisfecho con las conclusiones de la cumbre del G-20, que ha discurrido paralela al 40º Congreso, lo que le ha dado a este un contexto histórico y un acento especialmente internacional.

¿Veinte años no son nada?

Eso dice el tango... en mi caso serían 19 los que suman los cinco mandatos, pero sí, son muchos, el tango no tiene razón.

¿Y qué retos le quedan a un secretario general que repite por quinta vez?

Esta etapa se produce en malos tiempos. La situación que vive la clase trabajadora en la actualidad no tiene precedente. Es una etapa muy distinta, con grandes peligros, mucha inseguridad y por lo tanto, sinceramente, creo que en este caso la experiencia es un activo. En la nueva Ejecutiva hay un bagaje de experiencia pero también un impulso de renovación muy especial. Van a aportar la frescura necesaria para encarar esta etapa.

Zapatero pidió en la inauguración del Congreso su apoyo insistentemente. ¿Va a contar con UGT en cualquier circunstancia?

El presidente del Gobierno se siente muy próximo al sindicato y expresa sentimientos más que una visión política. Estoy convencido de que él sabe que las relaciones sindicales con el Gobierno están en función de los contenidos. Estos son los que marcan la relación. Y los contenidos generales de su mensaje político van en la dirección que necesita la sociedad española. El problema va a venir en que si la situación se agrava las presiones van a aumentar. El Gobierno necesitará mucha firmeza y mucha definición en el mensaje. Lo debe liderar el presidente pero debe haber un acompañamiento claro y al unísono del conjunto del Gobierno.

¿Pero las presiones son internas o externas?

No, no, externas, pero mi reflexión va en el ámbito de que en el Gobierno debe hacerse visible una mayor coordinación en la labor política y en la definición de los mensajes. Tengo la percepción de que el presidente del Gobierno marca un mensaje y luego hay una dispersión que no es conveniente. Una de las facetas que hay que cuidar en la crisis es que los mensajes sean claros.

¿Qué pasaría si el Congreso aprobase la participación de las empresas de colocación privadas en los Servicios Públicos de Empleo?

Es un tema que a mi juicio, y con respeto absoluto al ámbito parlamentario, deberían dejar que se analizase en el Diálogo Social. Sería erróneo y negativo y no lo entenderíamos. No me parece lógico que un lobby muy poderoso como es el de las multinacionales de trabajo temporal quiera hacer negocio en la crisis. Se basa además en la falacia de que hay trabajo pero que no se identifica, y en este momento la realidad es que no hay trabajo. Debemos mejorar la coordinación de los Servicios Públicos de Empleo, estamos de acuerdo. Pero no perdamos de vista que son las CCAA las que tienen las competencias en políticas activas de empleo.

¿La adopción de una medida así sería suficiente para salir a la calle?

Se privatizaría desde nuestro punto de vista la gestión del Servicio Público de Empleo. Los sindicatos tendríamos que analizar el nivel de respuesta. Sería un paso atrás muy serio.

En un mes se han comprometido a analizar con el Gobierno y la patronal qué pasa con el crédito.

Sí, y si no llega a las familias y las empresas el Gobierno debería tomar alternativas con el ICO. No podemos estar así.

¿Cúal es su prioridad en el Diálogo Social?

Evitar la destrucción de empleo tirando de lo que tenemos. Con medidas para dialogar, como el aumento de deuda pública y políticas de sanidad, educación, turismo... Son demandas que exigen una conferencia de empleo e industria. Hay que impulsar la reforma del modelo productivo. También podemos discutir con la patronal de flexibilidad interna. No externa, de un contrato descausalizado, sino de mejorar la organización del trabajo en la empresa.

Se ha ratificado a Díaz Ferrán como presidente de CEOE. ¿Se reanudará ahora la negociación colectiva?

Nosotros antes, en y después del Congreso estábamos en condiciones de abordar la negociación.

¿Se van a llamar entonces?

Ya nos hemos llamado para felicitarnos y había la misma voluntad: la de recuperar el Diálogo Social también en el ámbito bilateral.