Un agente de la Guardia Civil asesinó presuntamente a su esposa la noche del lunes en la casa que ambos compartían en Utiel (Valencia). El supuesto agresor, de 39 años de edad, habría utilizado su arma reglamentaria para cometer el crimen. La víctima recibió diversos disparos en el pecho y el abdomen. Los equipos de emergencias intentaron reanimar a la mujer durante más de una hora, aunque no pudieron hacer nada por salvar su vida.

Tras matar a su pareja, el presunto homicida telefoneó a un compañero al que le confesó los hechos. Después acudió al cuartel de la Guardia Civil de Utiel, donde se entregó. El hombre pasará a disposición judicial en las próximas horas.

El delegado del Gobierno en el País Valenciano, Ricardo Peralta, señaló que el agente se encontraba en activo, tras haber superado una baja médica de la que no quiso precisar el motivo. No obstante, aclaró que no había indicio alguno que apuntara la posibilidad de que perpetrara el crimen. Según fuentes de la investigación, no había denuncia previa por maltrato, aunque en el entorno de la víctima aseguran que ella quería dejar la relación.

Los vecinos de Utiel, que estos días celebran sus fiestas, se concentraron ayer para denunciar esta muerte. En el acto, se leyó un manifiesto de condena aprobado por todos los grupos políticos del Ayuntamiento y se guardaron cinco minutos de silencio en memoria de la víctima.

Este último asesinato recuerda a otro ocurrido en Mislata (Valencia) en la Nochebuena del año 2006. En aquella ocasión, un capitán de la Guardia Civil jubilado asesinó a su pareja en una discoteca.

En 2009, un total de 40 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas (de ellas, tan sólo 12 habían presentado una denuncia previa). O, lo que es lo mismo, más de una mujer ha muerto de media a la semana por violencia de género. En 2008, el número total de víctimas ascendió a 72.

El delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, expresó 'su mayor condena' por este crimen. 'Ningún caso de violencia de género es un caso más, ya que todos y cada uno de ellos restan valores a la convivencia en democracia', aseguró Lorente. Y concluyó que todos estos asesinatos 'merecen una condena enérgica e individualizada' por parte de la sociedad.