Vodafone perdió 131.140 líneas netas (ganadas menos perdidas) de telefonía móvil en abril y 154.240 en marzo. Movistar perdió 41.510 en abril y 60.070 en el mes anterior. No es una cuestión de estos dos meses. El fenómeno lleva más de un año reflejándose en las cifras que hace públicas cada mes la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). La novedad es que Orange, que en marzo aún lograba una ganancia neta de líneas de 12.490, pasaba en abril a perder 23.310. ¿Qué está ocurriendo en la telefonía móvil? ¿Están guardando los españoles el teléfono en el cajón para evitar la tentación y con ello el gasto? Habrá de todo, pero la realidad es que, mientras las tres operadoras históricas ven huir a sus clientes, Yoigo y el resto de operadores de menor tamaño no dejan de ganar usuarios. Entre marzo y abril, estas compañías, que trajeron a España el concepto low cost de la telefonía móvil, ganaron 311.270 clientes. En un año han pasado de sumar una cuota de mercado del 6% a acercarse al 10%.

Movistar fue la primera que, la semana pasada, decidió rendirse a la evidencia de que lo que prima en estos años de crisis es el precio. Las tarifas de móvil no han dejado de bajar, especialmente en el último año y medio, tratando de contrarrestar el efecto de los nuevos hábitos de ahorro de los españoles. Las cuentas de las grandes han sufrido drásticamente esta situación en sus ingresos. No era suficiente, por eso Movistar se atrevió la semana pasada a lanzar una tarifa que amenazaba con quebrar la cintura del sector. Seis céntimos por minuto para llamadas a clientes de cualquier operador. La reacción no se hizo esperar. Orange seguía a Movistar con una tarifa que, aunque con diferencias, replicaba el mensaje central: llamadas a seis céntimos por minuto.

Ayer se completó el ataque de las operadoras históricas al segmento de bajo coste con el anuncio por parte de Vodafone del lanzamiento de su propia tarifa de seis céntimos.

Según la CMT, el precio medio por minuto móvil en llamadas nacionales se situó a finales de 2010 en 11 céntimos por minuto, media que incluye las llamadas de tarifas de bajo coste y tradicionales. La cifra está ligeramente viciada por el llamado establecimiento de llamada o precio del primer minuto (se complete o no) que cobran las compañías. Quizás el próximo paso de la guerrallegue finalmente a este criticado peaje en el que la telefonía móvil nunca ha competido.