Hasta el 2 de mayo podemos acercarnos a Figueres, adentrarnos en el Teatro-Museo Dalí y pararnos de bruces ante un cuadro inquietante y magnífico. La obra es un óleo de 1944 en el que se representa a Gala desnuda en un paisaje de Cadaqués en un duermevela apenas perturbado por el sueño de la abeja. Esa visión onírica se simboliza con la apertura de una granada de la que surge una escorpina o cabracho de cuya boca salen dos tigres. El artista incorporó, además, otros elementos al cuadro como una escopeta-bayoneta o un elefante de largas patas.

Todos estos elementos, presentados como una secuencia cinematográfica, forman parte del sueño de Gala, que, inmersa en un plácido sueño, permanece ajena a los extraños sucesos de su entorno.

Aún siendo la plasmación de un sueño, percibimos el cuadro como una fotografía de un instante preciso congelado, perfectamente pintado, en el que ninguno de los objetos que aparecen en la obra se toca. Todo flota y se mantiene en suspensión.

Dalí pinta Sueño causado por el vuelo de una abeja... cuando reside en los Estados Unidos (1940-1948), época en la que consolida su personaje, se involucra en proyectos de decorados de teatro, ballet y ópera, guiones de películas, ilustraciones para libros, diseño de joyas y vestidos, proyectos fotográficos etc.

También, con motivo del préstamo, se ha editado un póster que reproduce el cuadro a tamaño real y se han creado unos recursos didácticos accesibles desde la web del Teatro-Museo Dalí destinados al sector educativo.