Si los amores reñidos son los más queridos, la relación entre patronal, sindicatos y Gobierno vive un momento de idilio apasionado. Ayer se cerró el enésimo capítulo del culebrón del Diálogo Social que, en esta ocasión, tuvo un final feliz: un apretón de manos y la promesa de sentarse de nuevo a negociar para, en la medida de lo posible, cerrar un acuerdo antes de agosto.

Por lo pronto, los agentes sociales se han emplazado a una reunión el próximo lunes en la que esperan recibir una contestación del Gobierno a dos de sus peticiones más perentorias: por parte de los sindicatos, una mejora de la paga que se le dará a los desempleados que pierdan la prestación contributiva; por parte de la patronal, una rebaja de las cotizaciones superior a la planteada hasta ahora.

El Gobierno ya ha advertido de que, aunque mejore la propuesta inicial que ha hecho para los desempleados una paga de 420 euros durante seis meses ligada a programas de formación, la nueva oferta se-guirá tasada en el tiempo (posiblemente un año de duración en plazos de seis meses).

En el caso de la rebaja de cotizaciones, el Ejecutivo estudiará aumentar la última propuesta que realizó a la patronal (0,5 puntos que saldrían del excedente de las mutuas) de forma que no afecte en ningún caso a la sostenibilidad del sistema ni se convierta en un recorte estructural.

Fuentes del Gobierno ya habían apuntado esta semana la posibilidad de que la maniobra de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que el pasado jueves reventó la negociación al proponer cuestiones fuera de la agenda, estuviera dirigida exclusivamente a conseguir una mejora en la rebaja de las cotizaciones.

La propuesta inicial de la patronal era un recorte de dos puntos que elevó, inesperadamente, a cinco puntos el jueves, tras una comida con la cúpula del PP. Es muy difícil que el Gobierno encuentre una fórmula para rebajar hasta dos puntos las cuotas de los empresarios sin afectar la sostenibilidad del sistema, pero sí podría encontrar mecanismos para quedarse a medio camino, como la rebaja de un punto durante un periodo concreto de tiempo.

Los sindicatos se han mostrado 'razonablemente' satisfechos con la marcha de la reunión, que tuvo lugar en el propio Palacio de la Moncloa. En ese mismo lugar, pero durante la mañana, representantes del Gobierno (Javier Vallés, el director de la Oficina Económica de Moncloa, y José Enrique Serrano, jefe del Gabinete del presidente) habían prometido a los secretarios generales de UGT y CCOO que no 'traspasarían' algunas líneas rojas, como las del abaratamiento del despido. En este sentido, la propuesta de contrato único, o del 'siglo XXI' como lo bautizó la patronal en la última reunión, se ha evaporado y los sindicatos se ven de nuevo en el punto de partida.

420 euros durante seis meses ligados a formación

El Gobierno dará a los parados que se queden sin prestación una paga de 420 euros al mes durante seis meses. El coste de la medida es de 453 millones de euros.

Menos costes para los empresarios

Se propone un recorte de las cotizaciones por contingencias profesionales que supondrá a los empresarios un ahorro de 0,5 puntos en las cotizaciones.

Vigilancia del absentismo

Se reforzará la vigilancia sobre las bajas laborales para prevenirel absentismo.

Reforma de la negociación colectiva

El Gobierno insta a los sindicatos y la patronal que cambien el actual modelo de negociación colectiva en busca de una mayor flexibilidad en los convenios.