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“El Gobierno se niega a dialogar sobre la paz en Euskadi”

El mediador del Grupo Internacional de Contacto (GIC) advierte de que La Moncloa “se aprovecha de la corriente de miedo al terrorismo que hay en Europa” para arremeter contra los independentistas

El mediador del Grupo Internacional de Contacto (GIC), Alberto Spektorowski - EFE

DANILO ALBIN

Suena el teléfono en Tel-Aviv. Al otro lado está Alberto Spektorowski, un israelí de origen uruguayo especializado en conflictos políticos. En el verano de 2000, este profesor de Ciencias Políticas asesoró al primer ministro Ehud Barak en las negociaciones mantenidas con Yasser Arafat en Camp David, bajo el patrocinio de Estados Unidos.

Ahora forma parte del Grupo Internacional de Contacto (GIC), creado tras el cese definitivo de la violencia por parte de ETA. Junto a personalidades como el abogado sudafricano Brian Currin o el ex secretario general de Interpol, Raymond Kendall, Spektorowski busca fórmulas para que la normalización política, en su sentido más amplio, llegue a Euskadi. No lo tienen fácil: el Gobierno de Rajoy, asegura este mediador, no quiere ni verles.

¿En qué situación está el proceso de paz en Euskadi?

Yo diría que la situación sigue estática. No hay diálogo con el Gobierno central, por lo que la pelota, en estos momentos, está en la sociedad civil y en los partidos políticos del País Vasco. También hay que tener en cuenta que España ya está inmersa en un proceso eleccionario. Si antes no hubo gestos del Gobierno, ahora menos. Aunque si hubiese cambios en el mapa político, entonces podría haber algún tipo de esperanza.

"Sin España no puede producirse un desmantelamiento de ETA"

¿Qué pasos tiene previsto dar el grupo de mediadores?

No tenemos una fecha definida, pero dentro de poco volveremos a encontrarnos, probablemente en Bilbao, y seguiremos trabajando en la misma línea de los últimos meses, colaborando con todos los partidos políticos que en estos momentos están buscando una salida. Entre ellos también podría estar el Partido Socialista. Es obvio que los socialistas no van a querer entrar en un diálogo de esta especie en época de elecciones, pero al menos se podría empezar a hablar sobre algunos acuerdos que tengan que ver con el acercamiento de los presos.

¿Habéis intentado hablar con el Gobierno de Rajoy?

Siempre lo intentamos, pero nunca quisieron hablar con nosotros. A nuestro criterio, sin España no puede producirse un desmantelamiento de ETA.

¿Ha visto imágenes de la manifestación contra la dispersión en Bilbao?

Sí, ha sido muy buena. En realidad, el acercamiento de presos es una acción que el Estado podría realizar sin pagar ningún precio político. Ni siquiera hace falta ningún cambio constitucional, y podría alivianar muchísimo todas las demás gestiones. Si se consiguiese el acercamiento de los presos, se avanzaría hacia lo que todos quieren: el desmantelamiento y el final (de ETA). Esto ya podría haber terminado, pero el Gobierno de España es muy testarudo.

Este lunes comienza un nuevo juicio contra 35 dirigentes de Batasuna y de otras formaciones de la izquierda abertzale. ¿Qué le parece?

Tremendo. Este juicio significa que todavía se sienten fuertes, no quieren aflojar en nada y se niegan a cualquier clase de diálogo. Están aprovechando la corriente de miedo al terrorismo que hay actualmente en Europa, a pesar de que esto no tiene nada que ver.

¿Qué podríamos esperar como próximo paso de ETA?

Me imagino que no van a aceptar el programa del Gobierno Vasco en su totalidad (se refiere a la iniciativa Zuzen Bidean, que plantea una serie de medidas en materia penitenciaria), pero puede existir un marco de discusión. Eso es lo que estamos buscando. También sería muy importante que en la cuestión de los presos existiese una unidad de criterios entre el PNV y la izquierda abertzale.

¿2015 puede ser un año clave para el proceso de paz?

A mí me parece que sí, aunque también tendrá mucho que ver con los resultados de las elecciones. Las coaliciones que surjan entonces pueden ser vitales. Habrá que ver la importancia que puedan tener los partidos nacionalistas, o no, en una futura coalición. Es necesario que los necesiten. Si no los necesitan, las cosas se pueden poner aún peor.

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