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El Gobierno cubano permite marchar a las Damas de Blanco

Reuters

El grupo disidente cubano Damas de Blanco realizó el domingo sin interferencias su marcha semanal de protesta, después de que el Gobierno cubano descartara su intento de reprimirlo por la intervención de la Iglesia Católica.

Fue una victoria inusual para un grupo opositor cubano y se produjo tras los toscos esfuerzos del Gobierno por acallar a las mujeres los dos domingos anteriores al llevar a partidarios del régimen para asediarlas durante horas con cánticos y obscenidades.

Como durante los últimos siete años, las mujeres vestidas de blanco emergieron en masa de la Iglesia Católica de Santa Rita de Casia y, flores en mano, marcharon silenciosamente a lo largo de la Quinta Avenida en el exclusivo barrio Miramar de La Habana. No hubo arrestos.

Los cubanos miraban con curiosidad mientras las 12 mujeres caminaban, pero al contrario de las últimas dos semanas, no había multitudes esperando para rodearlas y acosarlas.

El domingo anterior, un grupo de apariencia violenta retuvo a las mujeres en un muelle durante siete horas, gritándoles en la cara y por momentos haciendo insinuaciones sexuales verbales y gestuales.

Las mujeres llevan realizado las marchas desde una ola de represión del Gobierno en 2003 en la que 75 disidentes, entre ellos esposos e hijos de las Damas de Blanco, fueron encarcelados. La mayoría sigue en la cárcel.

Las marchas han sido la única protesta pública conocida permitida por las autoridades desde inicios de la década de 1960.

El cardenal Jaime Ortega, jefe de la Iglesia Católica cubana, dijo a la prensa que le pidió al Gobierno no repetir los "dolorosos eventos" de los dos domingo pasados.

A mediados de semana, le indicaron que le dijera a las mujeres que podrían marchar como es habitual cada domingo, con algunas condiciones.

"No puedo decir que esto entró en una nueva flexibilidad. Puedo decir (...) es muy bueno que un gesto así sea hecho", dijo Ortega en la iglesia a la que asisten las mujeres.

BUSCANDO LIBERTAD

Dijo que era normal que las madres y esposas de los hombres encarcelados buscaran su libertad.

"Son personas que en este sentido merecen un respeto, una consideración especial", indicó Ortega, quien recientemente dijo en una entrevista con una publicación católica que los cubanos están impacientes por cambios.

Cuba ve a su pequeña comunidad de disidentes como "mercenarios" que trabajan para Estados Unidos y otros enemigos que buscan derrocar al Gobierno comunista.

La independiente Comisión de Derechos Humanos cubana señala que la isla tiene unos 200 presos políticos, pero en los últimos años ha optado por detenciones cortas en vez de largas sentencias de prisión para mantenerlos bajo control.

Los líderes de la isla han sido criticados internacionalmente por la muerte en febrero de Orlando Zapata Tamayo, un disidente en huelga de hambre, y por el trato que otorgan a las Damas de Blanco.

El presidente cubano, Raúl Castro, quien reemplazó a su hermano mayor Fidel en febrero de 2008, dijo en un discurso reciente que Cuba no se rendiría al "chantaje" de los disidentes y sus enemigos extranjeros.

La líder de las Damas de Blanco, Laura Pollan, dijo que la decisión gubernamental de dejarlas marchar era una "pequeña victoria" que atribuyó a "la tenacidad, perseverancia, razón y por sobre todo, amor".

"Aquí, el amor ha triunfado, el amor por nuestros familiares y el amor a Dios", indicó.

"Si no quieren más marchas, liberen a nuestros familiares", declaró.

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