El Getafe se reencontró en San Mamés con la derrota, doce partidos después, y despertó del sueño de su particular 'semana fantástica', la que le devolvió a una final copera y la que proyectó al primer convocado por la selección absoluta en la historia del club.

San Mamés bajó del cielo al cuadro madrileño, metido en una vorágine de euforia ganada en el terreno de juego. Casi dos meses después volvió a padecer los sinsabores de un partido perdido. En ese tránsito, una docena de éxitos, el conjunto de Michael Laudrup había acumulado tres triunfos y tres empates en la Liga y se había instalado en el octavo puesto. El mejor del curso.

Ventiló, además, dos eliminatorias de la Copa de la UEFA, ante el AEK y el Benfica, para plantarse en los cuartos de final. Y sacó adelante el duelo copero ante el Racing para erigirse en aspirante a la Copa del Rey.

El preparador danés alteró la mitad del equipo para el compromiso de Liga. Algunos cambios fueron forzados. Obligados por las lesiones, plaga que acucia al Getafe. Esteban Granero y Pablo Hernández fueron las secuelas de la Copa. Braulio y Mario Celestini víctimas de las suspensiones. Óscar Ustari y Cosmin Contra por cuestiones técnias.

Quien no cesa de acumular minutos es Rubén de la Red. Es más que un fijo para el preparador danés, que no podrá contar con él durante la semana tras haber sido requerido por Luis Aragonés para el amistoso contra Italia, el próximo miércoles.

Getafe contempla como un premio de la entidad el reclamo del centrocampista, criado en la cantera del Real Madrid. Es considerado en el club como la primera aportación en la historia getafense a la 'roja'. Mariano Pernía, el único precedente oficial, fue citado al final de la temporada, ya era del Atlético de Madrid y nunca más volvió a enfundarse la camiseta azulona.

De la Red representa el impulso que ha ejercido el equipo. El único del fútbol español vigente en las tres competiciones. Un conjunto al alza a pesar de contar con uno de los presupuestos más escasos de la categoría.