La hasta ahora irregular selección francesa de Raymond Domenech puso hoy un pie en el Mundial de Sudáfrica tras derrotar a Irlanda en Dublín en el partido de ida de la repesca (0-1) gracias a un gol de Nicolas Anelka, en uno de sus mejores partidos del ex madridista con la camiseta azul.
Un resultado generoso, quizá, para los visitantes, a los que, no obstante, les valió un par de destellos de calidad y una pegada que se le presumía para marcar las diferencias en esta eliminatoria.
El "once del trébol", demasiado agarrotado por la pizarra de Giovanni Trappattoni, deberá ahora cambiar de guión si quiere revertir la situación y dar la sorpresa en el partido de vuelta de este próximo miércoles en París.
Poco o nada de "fútbol champán" por parte de "Les Bleu" se vio durante el primer acto, a pesar de que tuvieron la mayoría de la posesión de la pelota.
El técnico francés sacó un equipo eminentemente ofensivo, pero dejó otra vez en banquillo a Karim Benzema en favor de Gignac, al que acompañaba por detrás Anelka y un Henry con libertad para barrer el frente y cambiar de bandas a su antojo.
Esa posesión, sin embargo, no se traducía en oportunidades de gol.
Con un mediocentro de dos hombres defensivos como Lass y Alou Diarra y un Goucouff con tendencia a irse arriba, Francia no creaba juego y dependía de Anelka, el jugador con las ideas más claras, para retrasarse, recibir el balón y buscar el pase final. Henry sólo estaba para sacar faltas y córneres.
A esa falta de fluidez se unía la agresividad de los locales, que muerden en todas su líneas, empezando por la primera, que en la Irlanda de Trapattoni la forman los incansables Keane Y Doyle, atosigando y persiguiendo a todo lo que se mueve con un balón en los pies.
Muy trabajadora se mostró también la media "verde", reforzada para este partido con un extremo de características defensivas como Liam Lawrence, mucho menos habilidoso que el incisivo McGeady.
La ausencia del atacante del Celtic de Glasgow reforzó esa zona y frenó las temidas llegadas de los laterales galos, pero también desactivó la posibilidad de forzar faltas laterales y jugadas a balón parado, el principal arma de los irlandeses.
Sólo inquietaron los visitantes con un disparo de Gourcuff desde la frontal, que atajó sin problemas Given, y otro de Henry a apenas nueve metros de la portería tras un barullo en el área.
Mientras tanto, Irlanda avisó en un par de ocasiones con los rápidos contraataques de sus dos hombres en punta, quienes, no obstante, recibieron pocos apoyos durante casi todo el partido.
Planteamiento conservador pues de Trapattoni, quien en la primera parte le ganó a Domenech la batalla psicológica y posicional.
Sin cambios en la segunda mitad, Irlanda siguió encomendándose a la disciplina táctica, el rigor defensivo y a una concentración mental a prueba del griterío de un Croke Park lleno hasta la bandera.
Bajo este planteamiento, todo va bien hasta que al once del trébol lo aprietan y una pieza del engranaje se desajusta.
Justo lo que pasó cuando Francia se dio cuenta que era Anelka el jugador que debía tener más libertad de movimientos y no Henry, tan bajo de forma en el combinado nacional como en el FC. Barcelona.
De las botas del delantero del Chealsea y del madridista llegaron sendos disparos desde fuera del área que encerraron aún más a una Irlanda que, poco a poco, se estaba echando atrás ante las acometidas visitantes.
Un error defensivo del central St. Ledger, que llegó tarde a la marca, dejó a Anelka sólo en la frontal para conectar un fuerte disparo, que tras un rechace, se coló en la portería de Shane Given, muy seguro hasta entonces.
Con el marcador en contra y veinte minutos por delante, Trapattoni inició la ruleta de cambios y por fin introdujo en el campo al esperado McGeady, quien no sustituyó a Lawrence sino a Duff.
El italiano quería mantener el rigor defensivo y a buen seguro, todavía piensa que este equipo puede remontar en París después de encajar sólo un gol. Mentalidad italiana al cien por cien.
Aunque la entrada del extremo del Celtic, impreciso en el pase, no tuvo el efecto deseado, Irlanda nunca inquietó desde las bandas, apunto estuvieron los "verdes" de igualar la eliminatoria a cinco minutos para el fina.
En la mejor combinación de los locales, Keane taconeó un balón filtrado por Best para que Whealan, sólo ante la portería, estrellase el balón en la cabeza del meta Lloris.
- Ficha técnica:
0 - Irlanda: Shay Given; Richard Dunne, Sean St. Ledger, John O'Shea, Kevin Kilbane; Damien Duff (m.76, Aiden McGeady), Keith Andrews, Glenn Whelan, Liam Lawrence (m.81, Stephen Hunt); Robbie Keane, Kevin Doyle (m.70, Leon Best).
1 - Francia: Hugo Lloris; Bacary Sagna, William Gallas, Eric Abidal, Patrice Evra; Alou Diarra, Lass Diarra; Nicolas Anelka, Yoann Gourcuff, Thierry Henry; Andre-Pierre Gignac (m.90, Florent Malouda).
Gol: 0-1: m.70, Anelka.
Árbitro: Felix Brych (ALE).
Incidencias: Partido de ida de la repesca para el Mundial de Sudáfrica 2010 disputado en el estadio de Croke Park de Dublín ante 74.103 espectadores.
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