Trabajadores británicos votaron el jueves a favor de poner fin a una huelga no oficial iniciada hace una semana por el uso de mano de obra extranjera en una refinería de petróleo propiedad francesa en el este de Inglaterra.

Los trabajadores en la planta de Lindsey, propiedad de Total, dijeron a Reuters que volverían a trabajar el lunes tras aceptar un acuerdo respaldado por los sindicatos que daría a trabajadores cualificados británicos unos 100 empleos en la factoría.

"Hemos acordado volver a trabajar el lunes porque hemos alcanzado nuestro objetivo", dijo Tony Ryan, representante local del mayor sindicato británico, Unite.

"No queríamos que la mano de obra británica fuera excluida y ahora no lo va a ser".

La disputa sobre el uso de empleados portugueses e italianos en la refinería en lugar de mano de obra británica en un momento de aumento del desempleo ha desencadenado huelgas de simpatía en diversos puntos de Reino Unido.

Las huelgas no habían afectado a los suministros de energía porque implicaban a trabajadores relacionados con labores de mantenimiento y construcción.

Aunque no han organizado las huelgas, los sindicatos esperan que la mayor parte de las protestas generadas por simpatía cesen. Pero han dicho que podría haber acciones industriales en otros lugares donde se ha contratado a trabajadores cualificados extranjeros.

Los sindicatos dicen que los trabajadores extranjeros pueden ser contratados por salarios más bajos que el personal británico y están privando de empleo a británicos cualificados.

La disputa de Lindsey empezó la semana pasada, cuando trabajadores británicos sindicados lanzaron protestas contra el empleo de unos 200 italianos y portugueses sobre una nueva planta de construcción.

La huelga ha avergonzado al primer ministro, Gordon Brown, que prometió "empleos británicos para trabajadores británicos" en 2007, con muchos manifestantes mostrando pancartas con ese mismo eslogan.

Brown, que actualmente está instando a países de todo el mundo a no refugiarse en el proteccionismo en medio de un debilitamiento de la economía internacional, se está viendo presionado para que garantice que los trabajadores cualificados británicos no son excluidos de optar a contratos en suelo británico.

"La lucha no ha terminado, esto es sólo el inicio de la batalla para conseguir los mismos derechos para nuestros trabajadores", declaró Ryan.