La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha conseguido salvar la situación  que iba a provocar una ruptura histórica en la Fórmula 1.

La FIA ha anunciado este miércoles que ha llegado a un acuerdo para evitar que los ocho equipos que habían anunciado su marcha lleven la amenaza a cabo.

Estos equipos -Ferrari, McLaren, Renault, Toyota, Brawn GP, Red Bull, Toro Rosso y BMW- habian anunciado que iban a poner en marcha un mundial paralelo al actual de la Fórmula 1, como respuesta a las posiciones de la FIA, que entre las últimas medidas reglamentarias, había adoptado la del límite presupuestario, la más controvertida de todas.

El propio Flavio Briatore, responsable de Renault, señaló ayer que no había vuelta atrás en la organización de un Mundial paralelo. 

'No habrá separación, sino un único Mundial en 2010. Hemos llegado a un acuerdo sobre la reducción de costes', indicó el presidente de la FIA, Max Mosley, al término de la reunión con los constructores en París.

La discordia surgió cuando Mosley impuso una reforma de la reglamentación para el Mundial a partir de 2010, que incluye una reducción de los costes a 45 millones de euros por equipo, sin contar los gastos de patrocinio y los salarios de los pilotos.

El presidente de la FIA llegó a decirles a los equipos que si querían sus propias reglas crearan su propio mundial.

Los constructores no se oponen a la rebaja de los costes pero pedían que ésta sea más progresiva.

El acuerdo prevé que el Mundial del año próximo se corra con las normas de 2009.

Todo hacía indicar que sólo se trataba de una medida de presión hacia la FIA para que se echara atrás, pero de hecho, ha estado muy cerca de que todo llegara a una escisión histórica.

Incluso se llegaron a filtrar el nombre del nuevo mundial paralelo -'Grand Prix'- y los circuitos.

Además, Mosley no se presentará a la reelección de su cargo, cuyo mandato termina en octubre próximo.