La Reina ha presidido hoy el acto de celebración del Día Mundial de la Alimentación promovido por la FAO, en el que esta organización ha hecho un llamamiento a la reflexión internacional para que la crisis financiera no condicione los fondos destinados a la lucha contra el hambre en el mundo.

La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid ha acogido este acto, en el que la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, ha subrayado la necesidad urgente de encontrar "nuevas formas de hacer política" y crear una nueva conciencia colectiva para afrontar con éxito el combate contra el hambre.

En este sentido, ha recordado la importancia de los desafíos que plantean el cambio climático, la bioenergía, la conservación de la naturaleza y el uso de la energía, y ha invitado a fomentar políticas globales más eficaces que contribuyan a lograr los objetivos de la Declaración del Milenio de reducir el hambre a la mitad en 2015.

La ministra, que ha agradecido a la Reina su "lucha constante" en favor de las poblaciones desfavorecidas del mundo, ha añadido que la nueva conciencia colectiva global deberá construirse con respeto a las culturas locales y que debería ser liderada por los países que busquen tanto el bienestar propio como el de sus vecinos.

La clausura del acto fue precedida por el descubrimiento de una placa que deja testimonio de la presencia de Doña Sofía en esta celebración, ceremonia en la que ha estado acompañada también por el rector de la Politécnica, Javier Uceda, el subdirector general de la FAO, José María Sumpsi, y el presidente de la Asociación España-FAO, Jaime Lamo de Espinosa.

En su intervención, Sumpsi ha advertido de que la actual crisis financiera, "totalmente descontrolada", pone en riesgo el cumplimiento de los compromisos en favor de la agricultura y el desarrollo y ha criticado que, en lugar de aportar los 20.000 millones de dólares necesarios con este fin, se dediquen cantidades superiores a ayudar a la banca.

Ha advertido por tanto de la necesidad de mantener la conciencia social y de los Estados más ricos para que la crisis no ponga en peligro las contribuciones a los fondos de ayuda al desarrollo y ha destacado que España es uno de los países que "más pronto y con más generosidad ha auxiliado a la FAO y a los países necesitados".

Ha lamentado además que, lejos de avanzar en los objetivos marcados por la FAO y los 198 Estados que suscribieron la Declaración del Milenio para reducir a la mitad el hambre en el mundo, en el último año se ha retrocedido y hay 75 millones de hambrientos más, por lo que, según ha recalcado, hay que garantizar el aumento de la producción de alimentos.

Lamo de Espinosa, por su parte, ha animado a "convocar a la técnica" para ponerla al servicio de esta necesidad de incrementar la producción de alimentos, con el fin de que no se vea agravada la situación ni por el cambio climático, ni por la seguridad alimentaria, ni por la bioenergía.

El presidente de la Asociación España-FAO ha considerado "vergonzoso" que, después de haber acabado la etapa de mayor prosperidad y crecimiento de la Historia, con índices altísimos de PIB, con una apertura global de mercados y con los mayores avances científicos, el mundo siga "con el hambre tan presente".

Paradójicamente, la preocupación en países desarrollados como España se ha centrado hoy en el creciente sobrepeso de los niños, que, en este país, padece un tercio de la población infantil.

Así, un grupo de prestigiosos cocineros ha decido emprender su propia cruzada contra la obesidad en veinticinco colegios de este país, donde atenderán a unos 1.500 niños de nueve a doce años.