Está muy feliz, pero a la vez se muestra sensato en sus respuestas. Es séptimo este año en el ranking nacional, pero el domingo se ganó el derecho a estar en Berlín con un cambio de ritmo tremendo en los últimos 100 metros.

Ha sorprendido a todos este fin de semana. ¿Qué sensaciones tuvo?

Me vi muy bien. En las semifinales del sábado ya comprobé que tenía cambio de ritmo, pero el domingo las sensaciones fueron mucho mejores.

Se dice que organizó la carrera para que Felipe Carnicer le hiciera de liebre y asegurara un ritmo vivo.

'Han pasado nueve años de lo de Odriozola. Ya somos mayorcitos'

Yo no organicé nada. Quizá lo que hicieron otros atletas fue tirar fuerte para intentar conseguir una marca que les dé una beca de la federación.

Usted se había retirado el sábado anterior en Barcelona en una prueba de 1.500. No parecía en forma.

Sí. Mi entrenador, Manolo Pascua, me había puesto un plan de entrenamientos muy fuerte con vistas a los Nacionales. Aquel día estaba muy cansado, muy pesado.

'Espero y deseo que me lleven a Berlín. Gané a todos el domingo'

Usted llevaba una temporada flojísima.

Hombre, había corrido en 3:39, a sólo tres segundos de los mejores.

A tres, no. A siete de Higuero.

Bueno, sí. A siete. Pero yo ahora valgo un crono mejor que el de Casado [3:34].

¿Se ha ganado el billete para Berlín?

Me alegraría ir a los Mundiales, pero no me quiero meter en la decisión. La selección la hace la federación, su comité técnico. Yo quise dar una buena impresión. Se vio una gran carrera. Y gané a todos. Espero y deseo que me lleven.

Odriozola le apartó de la selección para los Juegos de Sidney a última hora.

Han pasado nueve años de eso. Ya somos mayorcitos. Yo, a correr. Por mi parte, aquello ya está olvidado.

¿Cómo está respecto a 2008?

Igual, pero con más intensidad de trabajo y mejor asimilado.

¿Qué falló en Pekín? [fue eliminado en la primera ronda después de augurar el oro].

Sufrí una infección. No me dijeron exactamente lo que era. Parece que era algo así como un virus muscular. Corrí con fiebre, casi 38 grados. No podía.

Si le seleccionan para Berlín. ¿Qué se puede esperar allí de usted?

Allí hay que estar con los pies en el suelo. Y no perder el respeto a nadie. Hay que pasar las eliminatorias, las semifinales y luego pelear en la final. No descarto el podio.

¿Quién es el favorito?

No hay un dominador claro. He visto fuerte al keniano Kiprop. Baala no es un hombre de tres carreras, no sé. Y el que está bien es el portugués Rui Silva. Se ha apartado de la competición y debe de estar entrenándose a tope.

Ramzi no estará por doparse en Pekín.

Hizo trampas. ¡A mí se me quedaba una cara de tonto al verle correr allí! La verdad es que sus exhibiciones daban mucho que pensar.

¿Qué me dice de sus gestos del domingo en los últimos metros?

Iban dedicados al público, no a mis rivales. Fue una explosión de alegría, de tensión. Yo no esperaba ganar así.