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Exámenes cardíacos llevan a tratamientos "sin evidencias"

Reuters

Por Frederik Joelving

Cuando las personas sinsíntomas se realizan un examen cardíaco por imágenes paradescartar obstrucciones arteriales, se las trata en exceso ytienen efectos adversos, revela un estudio publicado enArchives of Internal Medicine.

Los autores hallaron que esas personas eran más propensas arecibir medicamentos y a ser operadas que las que optaban porla pesquisa tradicional.

El examen, llamado angiografía coronaria por tomografíacomputada (CCTA por sus siglas en inglés), proporciona unaimagen detallada del corazón con las acumulaciones decolesterol en las arterias coronarias.

Si esas placas son muy grandes, pueden obstruir el flujo desangre y causar un infarto.

En teoría, tratarlas precozmente evitaría algunos de losmás de 1,2 millones de infartos (un tercio es fatal) anuales enEstados Unidos.

Aun así, no existen pruebas de que el tratamiento a partirde esas imágenes dé algún resultado, comentó el doctor JohnMcEvoy, del Centro Ciccarone para la Prevención de laEnfermedad Cardíaca de Johns Hopkins, en Baltimore, y quedirigió el estudio.

Lo que sí se sabe es que los exámenes por imágenes exponena los pacientes a altas dosis de rayos X, lo que aumenta elriesgo de desarrollar cáncer. Las tintas utilizadas paraobtener las imágenes producen daño renal en un númerosignificativo de pacientes.

"Los test pueden producir más daños que beneficios", dijoMcEvoy. Los exámenes cardíacos por imágenes pueden costar 600dólares o más.

El equipo de McEvoy estudió a 1.000 pacientes coreanos quehabían optado por realizarse un examen cardíaco por imágenes enun programa de pesquisa del Hospital Bundang, de la UniversidadNacional de Seúl. Los comparó con un grupo que eligió elchequeo tradicional.

Más de un quinto del primer grupo tenía placas decolesterol en las arterias (aterosclerosis) y a los tres meses,el 34 por ciento estaba tomando estatinas para reducir elcolesterol y el 40 por ciento, aspirina.

En cambio, menos del 10 por ciento de los participantes sinaterosclerosis, según las imágenes, o que había optado por elchequeo tradicional estaba tomando esos fármacos.

Los autores esperaban que los participantes tratadostuvieran menos problemas cardíacos graves en el tiempo. Sinembargo, 18 meses después, esa diferencia no existía: hubo unsolo evento en las 1.000 personas examinadas con CCTA (unahospitalización por dolor de pecho) y uno en las 1.000 personascontroladas de manera tradicional (una muerte cardíaca).

El doctor Michael S. Lauer, del Instituto Nacional delCorazón, los Pulmones y la Sangre en Bethesda, Maryland,escribió en un editorial que esto recuerda las falencias de lapesquisa, que aun cuando ayuda a predecir problemas de salud,no garantiza que los tratamientos sean necesariamente buenos.

"El sobrediagnóstico está amenazando con convertirse en ungran problema de salud pública por la proliferación y elentusiasmo de test de pesquisa sin pruebas de utilidad", indicóLauer.

FUENTE: Archives of Internal Medicine, online 23 de mayodel 2011

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