Este lunes concluye el plazo para que los clientes de Bankia presenten solicitudes de arbitraje sobre preferentes y deuda subordinada, un proceso que comenzó el pasado 18 de abril y al que ya se han acogido cerca de 210.000 inversores. En principio esta posibilidad expiraba el pasado 30 de junio, pero la junta de accionistas decidió el pasado 25 de junio ampliar este plazo hasta el 15 de julio.

En total, la Junta Nacional Arbitral de Consumo ha dictado casi 1.600 laudos favorables, lo que permite que de forma inmediata estos clientes puedan recuperar toda la inversión realizada. De ellos, más de 1.000 son clientes con domicilio en Madrid y la comunidad valenciana, donde tenían más implantación las dos mayores cajas que conforman Bankia, Caja Madrid y Bancaja.

Para optar por el arbitraje, los clientes deben cumplir los requisitos fijados por la Comisión de Seguimiento, compuesta, entre otros, por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España. En el caso de que a un cliente se le comunique que no cumple los requisitos se mantiene abierta la vía judicial para canalizar su reclamación, mientras que, si accede al arbitraje, cada expediente se remite a la Junta Arbitral Nacional de Consumo. Es entonces cuando sus árbitros deciden, de manera individual para cada cliente, si se le da la razón y el importe que recupera, teniendo en cuenta que la decisión es vinculante y no recurrible.

El proceso de arbitraje no paraliza el canje de preferentes por acciones aprobado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y que, en el caso de Bankia, implica una quita media del 38% para los tenedores de preferentes, del 36% para aquellos que tengan deuda subordinada perpetua, y del 13% para los de deuda subordinada con vencimiento.