Por Frederik Joelving
Más pacientes podríanbeneficiarse con los estudios radiológicos del corazón, segúnnuevas guías que difunden varias asociaciones médicas.
Pero el criterio apuntaría más a beneficiar a losprofesionales que a los pacientes, afirman expertos quesostienen que esos estudios son algo más que imágenes lindas,costosas y con posibles efectos adversos graves.
Las tomografías computarizadas (TC) ayudan a los médicos adeterminar si un paciente tiene enfermedad coronaria, alrevelar problemas en las válvulas cardíacas o placas decolesterol que obstruyen el flujo sanguíneo. Los autores delnuevo informe esperan extender el uso de las TC.
"Existen avances tecnológicos importantes, como lavelocidad de los estudios y la disminución de la exposición ala radiación", dijo el doctor Allen J. Taylor, cardiólogo de laGeorgetown University, en la ciudad de Washington.
Para definir un criterio actualizado de uso de las TC paradiagnosticar problemas cardíacos, Taylor, del ColegioEstadounidense de Cardiología, dirigió un grupo de cardiólogosy radiólogos de varias asociaciones para evaluar 93 escenariosy determinar cuándo el examen sería o no adecuado.
A diferencia del informe del 2006, el nuevo criterioincluye a más pacientes dentro de la categoría "adecuado".
Según el informe, ocho escenarios pasaron de la categoría"inadecuada" o "incierta" a la categoría "adecuada", mientrasque ninguno varió a la inversa.
Por ejemplo, ahora los pacientes con bajo riesgo dedesarrollar enfermedad cardíaca son candidatos para el uso deTC si sienten los síntomas (dolor de tórax y disnea)característicos de la enfermedad coronaria.
Los exámenes para detectar los depósitos de calcio, queforman las placas de colesterol, también son adecuados auncuando los pacientes no tengan síntomas.
"Esta medida realmente pone énfasis en la calidad y elaprovechamiento de cada dólar que se invierte en salud.Esperamos que los contribuyentes la adopten", agregó.
No obstante, la TC produce riesgos que no se detallaronadecuadamente en el informe, publicado en Journal of theAmerican College of Cardiology.
FUENTE: Journal of the American College of Cardiology,online 25 de octubre del 2010
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