Por Anne Harding
Las mujeres que suman másgrasa corporal a medida que se acercan a la menopausia lapasarán peor con los sofocos, reveló un estudio publicado enAmerican Journal of Epidemiology.
Las personas pensaban que la grasa ayuda a protegerse delos sofocos porque contiene hormonas que se pueden convertir enestrógeno, señaló el equipo de la doctora Rebecca C. Thurston,de la Escuela de Medicina de la University of Pittsburgh.
Pero estudios recientes demostraron que las mujeres conmayor índice de masa corporal y más grasa sufren más sofocos.
"El aumento de la grasa corporal es común en la mitad de lavida y la transición a la menopausia, lo que probablemente nosea una noticia", dijo Thurston.
Para investigar si esos aumentos estarían asociados con lossíntomas de la menopausia, el equipo siguió a 1.659 mujeres de47 a 59 durante cuatro años. Cada año, se les controlaron losniveles hormonales, el porcentaje de grasa corporal y lafrecuencia de los sofocos y la sudoración nocturna.
Durante el seguimiento, el 53 por ciento de las mujeresaumentó la grasa corporal alrededor de un 0,5 por ciento. Elporcentaje de grasa corporal disminuyó en el 24 por ciento delas mujeres y se mantuvo estable en el 23 por ciento.
Las mujeres que aumentaron la cantidad de grasa eran 1,23veces más propensas a decir que tenían sofocos. La relación semantuvo tras considerar los niveles hormonales de lasparticipantes, aunque no fueron tan significativas para lossudores nocturnos.
Eso, dijo Thurston a Reuters Health, sería porque esdifícil controlarlos, ya que ocurren mientras se estádurmiendo.
A medida que las personas envejecen, el porcentaje corporalde grasa crece, en parte por el aumento de peso y en parte porla pérdida de masa muscular, dijo Thurston.
Evitar esos aumentos de peso mediante una alimentaciónsaludable y actividad física podría ayudar a las mujeres asuperar los sofocos durante la llegada de la menopausia y aprevenir la enfermedad cardíaca, que es algo más que unaamenaza para las mujeres en la posmenopausia, agregó.
Para el equipo, esa grasa adicional agravaría los sofocosporque actúa como un aislante y le impide al organismodeshacerse del calor.
Los sofocos y la sudoración nocturna suceden, explicó laautora, porque al "termostato interno" femenino le cuestamantener una temperatura central pareja durante los cambioshormonales de la menopausia.
FUENTE: American Journal of Epidemiology, 15 de septiembredel 2009
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