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ENFOQUE-Mientras India crece, política social busca alcanzarla

Reuters

Por Alistair Scrutton

El Gobierno de India gasta milesde millones de dólares en planes de bienestar social y planeainyectar aún más este año. Son buenas noticias para Poona, cuyahija podría morir pronto por aquella mancha en la historia delcrecimiento del país: la desnutrición.

Poona, quien se casó a los 14 años y rompe piedras decantera para vivir, protegía del fuerte sol la hundida cara desu hija con su sari azul. No sabe el peso de Urmila, pero lallorosa niña de 18 meses luce como un bebé recién nacido.

"No come nada. Tengo miedo de perder a mi hija", dijoPoona, una mujer de casta baja de una comunidad tribal delnorte de India, en el estado de Uttar Pradesh.

Desde que ayudó al partido Congreso a obtener la reelecciónel año pasado, el bienestar social rápidamente se convirtió enla respuesta reflejo del Gobierno para los dilemas políticos,mientras intenta aliviar la inflación en el precio de losalimentos, ayudar a que el crecimiento llegue a los pobres yganarse a la gente de la insurgencia maoísta, según expertos.

Pero estos programas, a menudo cargados de corrupción y maldirigidos, podrían agravar el gasto deficitario e impedir aIndia seguir los pasos de China en la ampliación de un augeeconómico para transformar a millones de pobres en consumidoresbien alimentados de clase media.

En el pueblo de Madhoun hay una torre de telefonía celularcerca. Pero aunque los símbolos de la modernidad penetranlentamente, el bienestar social se queda atrás. Los aldeanos sequejan de que ningún funcionario llega al lugar y de que lascastas superiores malgastan las comidas en base a avena paraengordar a sus búfalos.

Sonia Gandhi, líder del partido Congreso, redactó una leyalimenticia para dar a cada familia pobre 35 kilos de granos almes, luego de que el Gobierno elevara previsionalmente sucálculo del índice de pobreza del 27,5 al 37,2 por ciento delos más de 1.200 millones de habitantes.

La medida también fue impulsada después que Congresoimplementara un programa "revolucionario" para asegurar 100días de trabajo a los aldeanos cada año.

Pero puede que la base de estos esquemas esté apoyada sobrearena, dicen expertos, lo que amenaza la capacidad de Indiapara reducir la enorme brecha en el ingreso que podría poner enpeligro su historial de éxito económico, pese a las promesasdel Congreso de "crecimiento inclusivo".

CRECIMIENTO DESPAREJO

Los programas de bienestar social pueden ayudar a millonesen un país que tiene un tercio de los pobres del mundo. Algunosesquemas funcionan bien en estados como Tamil Nadu, que tieneuna tradición de mejor gobernabilidad.

Sin embargo, el bienestar social puede haberse convertidoen una fácil herramienta populista y en una excusa para larenuencia del Gobierno a adoptar políticas más polémicas, comoliberar los mercados agrícolas, lo que podría generar avancesmás profundos.

El fallecido esposo de Sonia Gandhi, el ex primer ministroRajiv Gandhi, dijo una vez que de cada rupia gastada enasistencia social, sólo un 15 por ciento llegaba a sudestinatario.

"Existen áreas en las que estos esquemas sin dudafuncionan. Son instrumentos contundentes. Es más fácil deentregar un kilo de arroz que reformar la agricultura", dijo elanalista político Mahesh Rangarajan.

El crecimiento de India está demorándose en reducir lapobreza, a diferencia de China, donde la desnutrición infantilllega a un 7 por ciento.

La desnutrición en India sólo ha caído seis puntosporcentuales, llegando a 46 por ciento, desde que comenzaronlas reformas económicas en 1991. El PIB per capita saltó un 50por ciento durante el mismo período.

"No ha habido mejoras aquí. Queremos ser como el resto deIndia, pero no tenemos los ingresos", dijo Shreevai, untrabajador social en Bahuri, un puñado de aldeas cerca deLalitpur.

India se ubicó en el puesto número 65 del listado de 84países en el Indice Global de Hambruna del 2009, por debajo denaciones como Corea del Norte y Zimbabue, lo que dificulta lameta de Nueva Delhi de canalizar sus dividendos demográficospara alimentar sus ambiciones económicas globales.

"Nunca he visto un país con un crecimiento económico tanrápido y niveles tan patéticos de desnutrición", dijo LawrenceHaddad, director del Instituto de Estudios de Desarrollo, consede en Reino Unido.

Es una mancha que irrita a muchos en el partido Congreso,luego de que su reelección generara esperanzas de que abordaríaasuntos complejos como la reforma agrícola, necesaria parafomentar los ingresos y la productividad en el sector ruraldonde todavía vive la mitad de la población.

Esto ha suscitado presión por más asistencia social, puestoque Congreso ganó varias elecciones ayudado por las promesas dealimentos baratos, mientras se disipan las expectativas de unamejor infraestructura y una economía más amplia.

Las políticas sociales representan una parte creciente delpresupuesto, preocupando a los inversores por la dificultad dereducir el déficit del año pasado, el más alto en 16 años.

El esquema laboral rural ahora cuesta un 1 por ciento delPIB, mientras que la ley de alimentos podría costar otros 2.000millones de dólares.

"Personas como (Sonia) Gandhi creen que su futuro dependede cómo los ven la clase baja y los pobres", dijo Rangarajan.

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