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El ejercicio aumenta el bienestar en mujeres con cáncer de pecho

Reuters

Por Anne Harding

Una revisión de estudiosconfirmó que el ejercicio puede ayudar a las mujeres aatravesar cualquier estadio del tratamiento contra el cáncer demama y sentirse mejor física y emocionalmente.

La actividad física "ayuda a mejorar el estado de ánimo ylas emociones durante todas las fases del tratamientooncológico", dijo a Reuters Health la doctora Susan R. Harris,de la University of British Columbia, en Vancouver.

Estudios recientes demostraron que las sobrevivientes delcáncer mamario que hacen ejercicio tienen menos riesgo desufrir recurrencia de la enfermedad y son menos propensas amorir por la condición, lo que hace que el ejercicio sea aúnmás necesario para esas pacientes, agregó Harris.

La investigadora, que dos veces sobrevivió al cáncer demama, destacó también que la actividad física previene elaumento de peso, que incrementa la mortalidad por cáncer depecho, en especial en las mujeres que engordan después deltratamiento.

El equipo dirigido por Harris revisó nueve ensayoscontrolados, en los que pacientes con características similareshicieron al azar ejercicio o integraron el grupo de "control".

Los estudios evaluaron una gran variedad de actividadesfísicas, desde el ejercicio aeróbico y de resistencia, hasta elTai Chi, la danza, la terapia de movimiento y los ejerciciossuaves en posición sentada.

Para los autores, los resultados proporcionan "evidenciasólida de que el ejercicio influye positivamente sobre lacalidad de vida en mujeres con cáncer de mama". Aunque sedesconoce qué tipo de ejercicio es el mejor para una mujer,según el estadio del tratamiento.

Harris señaló que aún existen ciertas cuestiones deseguridad. Por ejemplo, el cáncer de mama avanzado sediseminaría a los huesos y los haría más frágiles, de modo quese desconoce si los ejercicios de resistencia son seguros paraesas pacientes.

Con todo, según la autora, los aeróbicos son "completamenteseguros".

Mientras que algunos expertos opinan que el ejerciciopodría agravar el linfedema, que es la inflamación del brazoque sufren algunas pacientes con cáncer de mama después de lacirugía o la radioterapia, la autora asegura que eso aún no seha demostrado.

Para Harris, las pacientes deberían comprender que ellas nonecesitan hacer ejercicio todos los días para obtener susbeneficios. Hay períodos durante la terapia en los que la mujerse siente demasiado cansada; en esos días, dijo la autora, esperfectamente comprensible quedarse en cama.

A pesar de los beneficios que tiene hacer ejercicio duranteel tratamiento contra el cáncer mamario, el equipo opinó quelos médicos no suelen recomendarle a esas pacientes haceractividad física.

"Hay un agujero negro porque los oncólogos no saben quérecomendar, aunque están mejorando al respecto", dijo Harris.

No obstante, cada vez hay más consciencia, agregó laautora.

Por ejemplo, el Colegio Estadounidense de MedicinaDeportiva y la Sociedad Estadounidense del Cáncer cuentan conun programa de entrenamiento que certifica a los profesionalesespecializados en educación física que trabajan con pacientes ysobrevivientes oncológicos.

FUENTE: The Breast Journal, enero/febrero del 2009

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