El Gobierno de EE.UU. instó hoy a Corea del Norte a no elevar aún más las tensiones en la península coreana, ante la preocupación de algunos países de la región por la posibilidad de un nuevo lanzamiento de misiles de corto alcance.

"Corea del Norte debe abstenerse de actos que agraven las tensiones", señaló el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, en su rueda de prensa diaria.

El régimen comunista de Kim Jong-il ha declarado una zona de exclusión para la navegación en su costa oeste, en el Mar Amarillo, hasta el domingo, por lo que el Ejército surcoreano está en alerta ante la posibilidad de que pruebe un misil.

El Ministerio de Defensa surcoreano cree que Corea del Norte ha tomado esa medida para realizar ejercicios de artillería, pero está vigilante ante la posibilidad de que efectúe lanzamientos de misiles de corto alcance.

Hasta el momento, las autoridades surcoreanas no han detectado signos que indiquen la preparación para un lanzamiento de un proyectil de medio o largo alcance.

Crowley no quiso entrar a valorar esta hipótesis alegando que se trata de información que implica datos de "inteligencia".

"Estamos al tanto de la notificación y esto ciertamente no es el tipo de paso que queremos ver por parte de Corea del Norte", dijo.

EE.UU. quiere ver "pasos concretos e irreversibles hacia el cumplimiento del comunicado conjunto de 2005 -en el que Pyongyang acordó desmantelar su programa atómico a cambio de ayudas económicas- y de la ley internacional, incluidas las resoluciones 1718 y 1874 del Consejo de Seguridad de la ONU".

También espera el "cese del comportamiento provocativo y pasos para mejorar su relaciones con sus vecinos", afirmó el portavoz.

"Sospecho que más lanzamientos de misiles no supone un paso en esta dirección", agregó.

Crowley recordó que en el pasado Corea del Norte ha declarado una zona de exclusión para la navegación para llevar a cabo pruebas de misiles.

La imposición de esta zona de exclusión se produce en un momento de especial tensión entre las dos Coreas a raíz del hundimiento el 26 de marzo de la corbeta surcoreana "Cheonan" en aguas del Mar Amarillo (Mar Occidental) cercanas a la frontera marítima con Corea del Norte.

En base a una investigación multinacional, Corea del Sur acusó a su vecino de atacar con un torpedo lanzado desde un submarino a su corbeta, incidente en el que fallecieron 46 marineros surcoreanos.

Corea del Norte ha negado repetidas veces su implicación y ha amenazado con responder militarmente si el Consejo de Seguridad de la ONU, al que el caso fue llevado por Seúl, toma medidas contra Pyongyang.