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La economía española se estanca en el tercer trimestre

El Banco de España anuncia que el PIB creció un 0,2% desde enero con respecto a 2009

PÚBLICO.ES / EFE

La subida del IVA, que provocó un deterioro del consumo de los hogares, hizo que la economía española se estancase en el tercer trimestre, según el Banco de España, que señala, no obstante, que este parón ha sido transitorio y augura una vuelta a la 'suave' recuperación en los próximos trimestres.

Pese al avance nulo trimestral, el Producto Interior Bruto del país ha vuelto a registrar un crecimiento interanual -del 0,2%-, algo que no ocurría desde hacía dos años.

El boletín económico del Banco de España confirma los temores de que la subida del IVA ha afectado al consumo y en consecuencia al conjunto de la actividad, como también lo ha hecho la retirada de las ayudas a la compra de coches, puesto que el gasto de los bienes duraderos tiene un peso muy importante en el cómputo del consumo de las familias y también en la inversión y la actividad empresarial.

Al deterioro del consumo se une que las empresas siguen sin invertir, afectadas aún por sus deudas, la incertidumbre sobre la recuperación y el crédito restringido.

Una inversión que, en el caso del sector residencial, ha moderado su caída gracias a la mayor demanda de viviendas de este periodo, a pocos meses de que desaparezcan los beneficios fiscales a la compra de una casa.

El deterioro del consumo y de la inversión podrían haber llevado a la economía a una nueva recaída de no haber sido por la mejora del sector exterior, en un trimestre en el que han repuntado las exportaciones gracias al empuje de las economías emergentes y a la recuperación en el área del euro.

Entre julio y septiembre el incremento del IVA supuso la subida de entre cuatro y seis décimas en los precios de consumo

El organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez es optimista para el futuro próximo, al considerar que el gasto de los hogares volverá a mejorar en los próximos trimestres dentro del margen 'limitado' que todavía tienen en este momento de la crisis.

En cualquier caso, advierte de que el crecimiento económico aún no va a tener la intensidad necesaria como para crear empleo.

Para que eso ocurra, insiste en que el sector exterior tiene que seguir siendo fuerte, el sector privado tiene que ser más dinámico y debe mejorar sus finanzas, y las reformas estructurales 'ambiciosas' tienen que propiciar un aumento de la confianza.

Por otro lado, el organismo supervisor augura el cumplimiento de los objetivos de déficit en 2010, 'al menos en lo que compete al Estado', gracias a la fortaleza de los ingresos y a la 'incipiente' reducción del gasto público, que espera que sea mayor en lo que queda de año.

Para poder cumplir con los objetivos de déficit en 2011, insiste en que debe haber un control riguroso del gasto de todas las administraciones públicas para evitar desviaciones, que de producirse requerirán medidas adicionales de ajuste.

El boletín del Banco de España también hace un análisis del efecto que la subida del IVA ha tenido sobre la inflación, y concluye que entre julio y septiembre dicho incremento impositivo supuso la subida de entre cuatro y seis décimas en los precios de consumo.

Para los próximos meses, el supervisor espera que el efecto sea menor y la inflación subyacente -que excluye la energía y los alimentos frescos- vuelva a registrar los bajos niveles que tenía antes de la subida del IVA, y además confía en que las cláusulas de salvaguarda salarial desaparezcan de la negociación colectiva para evitar nuevos efectos en los precios de consumo.

Sobre los salarios, el Banco de España también espera que su subida se contenga algo más de aquí a que acabe el año, debido a que la reforma laboral permite a las empresas con problemas no aplicar las subidas acordadas.

El organismo supervisor atisba, por otra parte, una mejora en la confianza de los inversores internacionales en España tras la crisis de deuda, que atribuye a los 'efectos positivos' de las medidas de consolidación fiscal y las reformas impulsadas por el Gobierno, así como a los avances en la reestructuración del sistema financiero.

Sin embargo, advierte de que el tipo de interés que la banca aplica en los créditos se podría elevar, afectado por las mayores exigencias de rentabilidad por parte de los inversores que están dispuestos a comprar títulos de deuda emitidos por agentes públicos y privados españoles.

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