Público
Público

Doble atentado suicida en hoteles de lujo de Yakarta

Dos bombas explotaron en el Marriott y el Ritz-Carlton de la capital de Indonesia y causaron nueve muertos y 50 heridos. Muchas de las víctimas de los ataques simultáneos son turistas

ELISA RECHE

Yakarta amaneció ayer con las ventanas de dos hoteles de lujo hechas trizas y el humo saliendo de ambos edificios, situados a menos de cien metros el uno del otro. El corazón financiero de la capital indonesia fue golpeado el viernes con la explosión de dos bombas consecutivas en los hoteles JW Marriott y Ritz-Carlton que causaron al menos nueve muertos y 50 heridos, muchos de ellos extranjeros.

Ambas explosiones se produjeron casi simultáneamente, poco antes de las ocho de la mañana. Una de ellas en el Marriott, donde fallecieron seis personas, y otra en el restaurante del Ritz, donde murieron las demás. El equipo de fútbol británico Manchester United, que iba a alojarse en este hotel, canceló el partido amistoso que iba a disputar el lunes en la capital indonesia.

'Pude sentir cómo temblaban las paredes. Otro conductor amigo mío resultó herido por los cristales rotos', relató al periódico Jakarta Globe Ukar, un chófer que se encontraba en el aparcamiento del Marriott en el momento de la explosión.

Las fuerzas de seguridad hallaron material explosivo en la habitación 1808 del Marriott y sugirieron que los responsables del ataque se habían alojado en esa habitación durante dos noches para burlar los estrictos controles de seguridad y ensamblar los artefactos explosivos.

Como en atentados previos ocurridos en el país, la Policía encontró dos cabezas separadas de sus cuerpos, que atribuyó a los terroristas suicidas. Ahora revisa las grabaciones hechas por las cámaras de seguridad en busca de pistas.

Una semana después de ganar las elecciones, el presidente Susilo Bambang Yudhoyono declaró en una rueda de prensa que a los responsables del ataque 'no les importa la destrucción del país, no les importan las consecuencias que este acto de terror tendrá en nuestra economía, nuestros negocios, nuestro turismo y nuestra proyección mundial'.

El ex general, reelegido para un segundo mandato de cinco años, subrayó que harán todo lo posible por encontrar a los culpables y juzgarles, pero apuntó que 'no tiene por qué ser necesariamente la misma red terrorista que tanto sufrimiento ha causado a los indonesios', en referencia a Yemáa Islamiya (YI).

Yudhoyono explicó que 'el atentado podría estar relacionado con los resultados de la elección presidencial', según varios informes de inteligencia que ha recibido. En estos se explica que hay operaciones en marcha 'para ocupar la Comisión Electoral cuando se anuncien los resultados oficiales (el 25 de julio) y que habrá una revolución si Yudhoyono gana'.

Indonesia es el país con mayor número de musulmanes del mundo y cuenta con una democracia secular frecuentemente alabada por Estados Unidos. Los musulmanes indonesios profesan un Islam moderado, aunque los extremistas tratan sin éxito de crear un Estado regido por la sharia o ley islámica.

La Policía tampoco se ha apresurado a señalar culpables, aunque ha reconocido que el método empleado por los terroristas es parecido al de Yemáa Islamiya.

La australiana Sydney Jones, experta en terrorismo islamista en Indonesia, subrayó que es poco probable que esta red, debilitada por las detenciones policiales y, sobre todo, por las divisiones internas, esté detrás de las bombas: 'Es más probable que haya sido obra de una escisión de YI, lo que no significa que en esta escisión no haya ex miembros del grupo'.

Los hoteles de lujo de las grandes metrópolis mundiales se han convertido en uno de los objetivos terroristas más comunes, ya que suponen un blanco relativamente fácil y, sobre todo, garantizan una resonancia global a sus acciones. Los fuertes controles de seguridad del Marriott y el Ritz de Yakarta han resultado ser insuficientes para evitar la tragedia.

Otro hotel Marriott, esta vez en Islamabad, resultó prácticamente destruido en septiembre por un suicida que conducía un camión lleno de explosivos. Al menos 53 personas murieron en la explosión, mientras que 260 resultaron heridas.

Al corazón financiero indio de Bombay también le tocó su turno en noviembre cuando sus dos hoteles de lujo, el Taj Mahal y el Trident-Oberoi, sufrieron un asedio de tres días, en el que fallecieron 164 personas.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias