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Detenido el alcalde de Polop por el asesinato de su antecesor

Cano es el séptimo arrestado por la muerte de Ponsoda, acribillado a tiros en octubre de 2007

ÓSCAR LÓPEZ-FONSECA

Era una detención anunciada. La Guardia Civil arrestó ayer a Juan Cano, alcalde conservador de Polop de la Marina (Alicante), como presunto inductor del asesinato a tiros en octubre de 2007 de su antecesor en el cargo, el también miembro del PP Alejandro Ponsoda.

El nombre de Cano aparecía relacionado en la prensa con la muerte de su compañero desde que el pasado 3 de noviembre agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) detuvieron al primer presunto implicado en los hechos, Raúl Montero, un delincuente español con antecedentes por narcotráfico. Tras el arresto del alcalde, ya son siete los detenidos por este crimen.

El alcalde se resistió a abrir la puerta a los agentes que fueron a arrestarlo

La captura del regidor se produjo en su propio domicilio durante la madrugada del martes. Según señalaron a Público fuentes cercanas a la investigación, Cano se resistió en un primer momento a abrir la puerta a los guardias civiles que acudieron a arrestarlo. Los agentes registraron su vivienda y el despacho de la alcaldía.

Las sospechas sobre la supuesta implicación de Cano en el crimen de su antecesor surgieron después de que un familiar de la víctima encontrara una nota escrita a mano por esta unos días antes de su muerte. En ella, Ponsoda aseguraba que el ahora detenido, que entonces ocupaba el cargo de teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, estaba presionándole junto a otros dos miembros de su equipo de gobierno porque se resistía a recalificar unos terrenos.

Cuando el escrito llegó a los investigadores, estos ya conocían que las diferencias entre Cano y Ponsoda venían de antiguo. En 2003, el alcalde lo había excluido de las listas electorales, después de que el ahora detenido se viera salpicado por un caso de cobro de comisiones que nunca fue del todo aclarado.

Entre los papeles de la víctima, apareció un manuscrito que señalaba al detenido

Cuatro años después, Cano consiguió que la dirección del PP obligara a Ponsoda a incluirlo en la candidatura, con la que los conservadores revalidaron la mayoría absoluta en las municipales de 2007.

La vuelta del ahora detenido al gobierno municipal no limó los roces. De hecho, estos continuaron hasta el mismo día del crimen, cuando, según un testigo, Cano y Ponsoda se encontraron en el campo de fútbol de la localidad y el primero le exigió al alcalde que dejase el cargo. Horas después, tres sicarios acababan a tiros con la vida de Ponsoda cuando se disponía a entrar con el coche en el garaje de su domicilio.

Casi desde el primer momento, las pesquisas se centraron en el urbanismo como móvil del crimen. Tras descartar a un matrimonio que se había enfrentado a Ponsoda por una recalificación y a una supuesta trama rusa interesada en invertir en ladrillo en el municipio, las investigaciones se centraron en dos de los tres concejales señalados por la víctima en su nota manuscrita.

Los agentes pincharon los teléfonos de ambos, aunque sin resultados. Sí lo dio otro hilo de la investigación. Este llevó al delincuente español que presuntamente esperó en el coche a los dos sicarios que dispararon al alcalde. Tras él, cayeron los otros implicados, uno tras otro. El último, Cano.

Tras conocerse las graves acusaciones contra Cano y previa consulta a Mariano Rajoy, el PP de la Comunidad Valenciana suspendió cautelarmente de militancia al edil.

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