El líder del Giro de Italia, el español David Arroyo, comenzó a soñar el miércoles con su primer gran éxito después de que nuevamente siguiera el ritmo de los grandes en las escarpadas carreteras de los Dolomitas.

Por su parte, el francés Damien Monier, del equipo Cofidis, ganó la decimoséptima etapa tras una escapada a última hora en un final abrupto pero manejable.

Tras cruzar la meta imponiéndose al italiano Danilo Hondo, de Lampre, y al holandés Steven Kruijswijk, del Rabobank, el francés se tiró al suelo aliviado.

El español David Arroyo, de Caisse d'Epargne, llegó mucho después en el pelotón principal pero, lo más importante, no perdió tiempo ante el segundo clasificado, Ivan Basso, que había reducido distancias en las dos jornadas previas.

El Giro termina con una contrarreloj en Verona el domingo y Arroyo todavía mantiene dos minutos y 27 segundos de ventaja sobre el italiano Basso.

"Ahora podemos empezar a soñar", dijo el ciclista español a los medios de comunicación.

El corredor de 30 años, cuyo mayor logro hasta la fecha fue una victoria en una etapa de la Vuelta a España en 2008, lleva cuatro jornadas de líder tras finalizar undécimo el año pasado.

La carrera de este año estuvo dominada por las caídas en las primeras etapas disputadas en Holanda, antes de que el pelotón se dividiera en dos tras una repentina fuga masiva en una lluviosa undécima etapa en L'Aquila, poniendo patas arriba el Giro y dejando atrás a favoritos como Alexandre Vinokourov.

La incertidumbre de esta carrera está dando esperanzas renovadas al ganador de 2006, Basso, de atrapar a Arroyo.

"Este Giro ha visto increíbles fluctuaciones. Lo más importante es correr con la actitud correcta", afirmó el ciclista de Liquigas.

Richie Ponte continúa siendo tercero en la general y el australiano Cadel Evans le sigue desde la cuarta posición.

La decimoctava etapa del jueves es de 156 kilómetros y desciende desde las montañas del norte de Italia hasta la ciudad de Brescia.