Las dos Coreas comenzaron hoy su tercer encuentro bilateral del año en el complejo industrial de Kaesong para abordar el futuro del mismo, ubicado en territorio norcoreano, informó la agencia surcoreana Yonhap.

La reunión tiene lugar después de que el presidente de EEUU, Barack Obama, y su homólogo surcoreano, Lee Myung-bak, reafirmaran el martes en Washington una postura común contra las provocaciones norcoreanas.

La Península coreana vive una escalada de tensión tras el segundo ensayo nuclear efectuado por el régimen de Kim Jong-il el pasado 25 de mayo, que vino acompañado además del lanzamiento de varios misiles de corto alcance, y por lo que el país fue sancionado con una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Seúl volvió a insistir hoy en que la prioridad de su Gobierno es tratar la liberación de un trabajador surcoreano de la empresa Hyundai Asan, empresa que gestiona el complejo, detenido desde el 30 de marzo por las autoridades norcoreanas por criticar al régimen comunista e incitar a una empleada de ese país a desertar.

"La liberación de nuestro trabajador detenido es una prioridad y trataremos de ponerlo pronto en libertad", dijo Kim Young-tak, director general de la oficina de Kaesong y enviado de Seúl para encabezar la delegación surcoreana, antes de partir a Kaesong.

La reunión bilateral se celebra, además, después de que Pyongyang exigiera en su segundo encuentro, celebrado la semana pasada, aumentar de 70 a 300 dólares (de 50 a 215 euros) el sueldo mensual de sus trabajadores en el parque industrial.

Asimismo, Pyongyang reclamó un incremento de hasta 500 millones de dólares (359 millones de euros) en el alquiler del complejo que acoge a un centenar de empresas surcoreanas, a pesar de que Seúl ya había pagado 16 millones de dólares (11 millones de euros) para su uso durante los próximos 50 años.

Tanto el Gobierno surcoreano como las empresas surcoreanas que operan en el complejo industrial manifestaron su rechazo a la demanda de Corea del Norte.

El parque industrial de Kaesong, a unos 60 kilómetros de Seúl e inaugurado en 2005, acoge a un centenar de pequeñas y medianas empresas surcoreanas que emplean a unos 40.000 trabajadores norcoreanos.