La Audiencia Nacional ha condenado a 27 años de prisión al etarra Miguel María Ibáñez Oteiza por colaborar en el asesinato de Francisco Javier Zabaleta en Elgoibar (Guipúzcoa) en 1988.

Según la sentencia, Ibáñez Oteiza facilitó a los tres miembros del "comando Eibar" que llevaron a cabo el asesinato información sobre las costumbres y horarios de Zabaleta.

Con esta información, Jesús María Ciganga Sarratea, Juan Carlos Balerdi Iturralde y Fermín Urdiain Cirizar, ya condenados por estos hechos tras su detención en 1989, se trasladaron a Elgoibar y siguieron a la víctima hasta la calle de San Francisco, donde "por la espalda" le dispararon dos veces en la cabeza "a quemarropa", provocando su muerte casi inmediata.

Estos tres etarras reconocieron en sus declaraciones ante la policía la colaboración de Ibáñez Oteiza, por lo que aunque no las ratificaron en el juicio oral, el tribunal ha considerado que, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Supremo, una declaración policial se puede considerar una prueba incriminatoria.

Además, siempre según la sentencia, la Guardia Civil encontró en la casa del condenado explosivos, temporizadores y matrículas falsas, entre otro "material terrorista".

La Audiencia Nacional ha decidido imponer a Ibáñez Oteiza la pena máxima por asesinato al considerar que fue un homicidio alevoso y que se realizó con "frialdad de ánimo y total desprecio por la vida humana".

Después de los hechos Ibáñez Oteiza huyó a Uruguay, desde donde fue extraditado en 1994 por otra causa de la que fue absuelto y finalmente fue entregado en 2008 por Francia.