Por Mark Potter
El control de gastos posiblemente seguirá siendo el mantra para las empresas europeas en 2010, año en que la fortaleza de la recuperación económica será puesta a prueba por la retirada de las medidas de estímulo de los gobiernos para poder concentrarse en la recuperación de las cuentas públicas.
banca, minería y distribución - podrían tener que pelear duro si la recuperación no gana fuerza.
con bancos, empresas de salud y alimentarias en el punto de mira - y salidas a bolsa, con los grupos de distribución y fabricantes de artículos de lujo esperando su oportunidad.
Un sondeo realizado este mes por Reuters con más de 150 economistas reveló que la mayoría espera que los países más ricos sigan recuperándose de la peor recesión económica desde la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, las previsiones apuntan a un crecimiento de sólo el 1,2 por ciento en los 16 países de la zona euro.
El desafío para los legisladores será retirar unas medidas de apoyo fiscal y monetario sin precedentes, con el objetivo de reducir los niveles de endeudamiento y evitar presiones inflacionistas sin tener que sacrificar la recuperación.
Esta tarea se dejará sentir con especial dureza en los bancos, que han recibido la asistencia de los Gobiernos desde que el temerario flujo de crédito casi hizo colapsarse el sector, provocando la recesión.
RETIRADA DE ESTÍMULOS
Los analistas dicen que los bancos podrían haber dejado atrás el grueso de provisiones contra activos tóxicos.
Pero las pérdidas en las carteras hipotecarias y las deudas de los consumidores podrían seguir escalando el año que viene,
y algunos bancos todavía tienen que revelar la magnitud de sus pérdidas en hipotecas.
que se ha beneficiado de ayudas para compras de coches nuevos - y el de la minería, donde las inyecciones de liquidez de los Gobiernos han propiciado que los precios de metales como cobre o zinc se hayan duplicado este año.
La demanda de minerales también dependerá en buena medida de la disposición de China y otros mercados emergentes a la hora de retomar los colosales proyectos de infraestructuras de los años del boom económico.
Esto también repercutirá en el precio del petróleo.
La semana pasada, una encuesta de Reuters mostró que los analistas esperan que el precio del barril de crudo se sitúe el año que viene en una media de 76,40 dólares, próximo a los niveles actuales.
Ello debería bastar para cubrir las políticas de inversión y dividendos de las principales petroleras del Viejo Continente, aunque las que tienen previstas grandes inversiones como la española Repsol o la italiana Eni podrían tener la cosa más complicada.
GANADORES Y PERDEDORES
La lenta recuperación económica no dará mucho respiro a los productores de energía, que ya se han visto golpeados con fuerza por la caída de la demanda y afrontan un persistente exceso de suministro a medida que las inversiones realizadas en los años de bonanza se van reflejando en sus redes.
Pero 2010 podría no ser tan malo para otros sectores tradicionalmente "defensivos" como los de salud y bienes de consumo.
Las farmacéuticas han tenido un tórrido 2009 en anticipación de la reforma del sistema sanitario de Estados Unidos y cuando se eliminen las incertidumbres podrían atraer la atención las medidas que puedan tomar estas compañías, como la expansión a mercados emergentes o la compra de activos en biotecnología.
Los títulos de bienes de consumo, por su parte, se han llevado su porción del rebote de 2009, y la combinación de sólido crecimiento y generosidad en la retribución al accionista podría seguir resultando atractiva en un entorno de recuperación incierta.
Otras industrias orientadas al consumo también deberían comportarse mejor que la media en 2010, si bien tendrán que controlar los costes y centrarse en áreas de crecimiento como economías emergentes, Internet y nuevas tecnologías si quieren prolongar el repunte en bolsa.
Los medios de comunicación no esperan una recuperación del mercado publicitario hasta la segunda mitad de 2010, mientras que los grupos de distribución minorista y de artículos de lujo tratan de mantener sus existencias en niveles bajos ante el temor de que el consumo se resienta si se producen subidas de impuestos por parte de los Gobiernos que buscan más ingresos para reducir deuda.
La clave para algunas de estas empresas será su capacidad para lidiar con eventos como el mundial de fútbol o nuevas tecnologías como los dispositivos de lectura electrónicos.
En cuanto a las firmas de energía renovable, se espera que progresen gracias a las inversiones de gobiernos y empresas en tecnologías limpias. Los analistas de Jefferies estiman que la inversión crecerá un 10 por ciento en Europa y un 20 por ciento en Estados Unidos y Asia.
FUSIONES Y ADQUISICIONES; SALIDAS A BOLSA
La recuperación de los mercados de renta variable podría alentar un repunte tanto en fusiones como en salidas a bolsa.
Reino Unido, Alemania e Irlanda se encuentran entre los países que posiblemente reducirán sus participaciones en bancos que fueron rescatados. Al mismo tiempo, los reguladores han exigido a bancos como ING o Royal Bank of Scotland que vendan activos para cumplir con la normativa sobre ayudas estatales. Otra cosa distinta será que encuentren compradores.
También podrían producirse fusiones y adquisiciones en el sector salud, con algunas empresas intentando reducir su exposición al vencimiento de patentes.
Por ejemplo, Novartis ha sonado como candidata para la compra a Nestlé de una participación mayoritaria en el grupo oftalmológico estadounidense Alcon. Esto podría engordar las arcas del grupo de alimentación suizo, que opera en un sector en el que podrían seguirse los pasos de Kraft en su intento por hacerse con la confitera británica Cadbury.
Los analistas piensan que Nestlé podría buscar una operación en los segmentos de alimentación infantil o nutrición, mientras que grupos de bienes de consumo como Unilever y Reckitt Benckiser también figuran como consolidadores en las quinielas de los expertos.
Del mismo modo que las operaciones corporativas entre empresas, también podrían seguir aumentando el número de salidas a bolsa, sobre todo si la cadena de moda británica New Look logra regresar con éxito al parqué a principios del año que viene.
Otros grupos de distribución como el minorista de alimentación por internet Ocado o el de supermecados de descuento Poundlan podrían seguir sus pasos, así como compañías de artículos de lujo como Ferragamo o Prada.
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