La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, criticó el miércoles los planes para demoler viviendas palestinas en la parte árabe de Jerusalén y dijo que Washington se comprometería con los dirigentes israelíes sobre los asentamientos judíos.

Calificando de "inútil" la destrucción prevista de más de 80 viviendas, Clinton dijo tras reunirse con los dirigentes palestinos: "Es un tema que intentamos abordar con el Gobierno de Israel y los responsables municipales de Jerusalén".

Israel dice que las casas que tiene previsto demoler se construyeron sin permiso.

Los palestinos alegan que es casi imposible obtener la autorización de la municipalidad de Jerusalén y acusan a Israel de intentar echarles de la parte este de Jerusalén, territorio capturado en la Guerra de los Seis Días de 1967, para dejar sitio a familias judías.

Israel considera que la totalidad de Jerusalén es su capital "única y eterna", una reclamación que no cuenta con el reconocimiento internacional. La Autoridad Palestina quiere que Jerusalén Este sea la capital de un estado palestino.

En rueda de prensa con el presidente palestino, Mahmud Abas, en la ocupada Cisjordania, Clinton no llegó a repetir las peticiones estadounidenses de un cese inmediato de la expansión de asentamientos israelíes, pero prometió un seguimiento del tema.

"Buscaremos una forma de ponerlo sobre la mesa, junto con el resto de los asuntos que han de discutirse y resolverse", dijo.

"Creo que en este momento, deberíamos esperar hasta que haya un nuevo gobierno israelí. Eso será pronto y tendremos que contemplar todas las herramientas que estén disponibles", dijo Clinton, repitiendo su apoyo a la creación de un estado palestino junto a Israel.

SOCIOS DE PAZ

Abas dijo que a menos que los próximos dirigentes israelíes estén comprometidos con una solución de dos estados y dejen de construir asentamientos y hacer demoliciones en Jerusalén, "no los consideraremos socios de paz".

Clinton realiza su primera visita a la región como secretaria de Estado en un momento de transición política en Israel, que celebró el 10 de febrero unas elecciones que llevaron a que el ultraderechista Benjamín Netanyahu fuera invitado a formar gobierno antes del 3 de abril.

La reticencia del líder del Likud a comprometerse con la creación de un estado palestino lo enfrentará a la Administración Obama.

En un claro apoyo a la Autoridad Palestina, Obama dijo que el Gobierno de Abas era el único legítimo para el pueblo palestino.

La Autoridad controla únicamente Cisjordania desde que los islamistas de Hamás despojaran a Al Fatah del poder en la Franja de Gaza en 2007.

Occidente rehúye a Hamás por su negativa a reconocer a Israel, renunciar a la violencia y aceptar los actuales acuerdos interinos de paz.