Cibeles Madrid Fashion Week 2009 se despide hasta el año que viene con pieles, toques futuristas y todo un abanico de colores, texturas y tejidos.

El último día de la pasarela madrileña comenzó con las propuestas de primavera/verano de El Delgado Buil en tejidos vaporosos, alegres colores y amplitud de formas para un 'look' desenfadado y que contrasta con la ocasional borla dorada.

El punto futurista lo pusieron Anke Schlöder y Carlos Díez, la primera con formas alargadas y suaves camisolas, y el segundo con gabardinas plastificadas y neopreno, tocando toda una gama de negros que contrastaban con chillones azules, verdes y amarillos.

Con afán viajero llegó la colección de Nicolas Vaudelet, las faldas transformables con juegos de cremalleras y los diseños con aires de aventura para amazonas y mosqueteros, en vibrantes colores y amplia variedad en el corte.

Más tarde, Juana Martín echaba una mirada al pasado para combinar tendencias desde los años 50 a los 90. En sus modelos para el otoño invierno 2009-2010 predominaron los tonos oscuros, con destellos de color en las piezas escogidas.

También de oscuro se tiñó el espectáculo de Josep Abril, que sin embargo permitió el violeta y el verde en prendas que definió como envolventes, silenciosas, puras y construidas.

Un invierno protegido es lo que prometió Sita Murt, que ante el frío propuso abrigos de paño y grandes jerséis de punto para envolver vestidos vaporosos, iluminando con destellos verde y fuego los tonos más sobrios del otoño.

Prestando especial interés a los complementos, Murt llevó a Madrid collares de cadenas con resina o marfil, bolsos en piel rugosa y cinturones de piel y ante con tachuelas.

Transparencias y chaquetas entalladas protagonizaban las sugerencias para ellos de Juan lu Mes, que oscilaba entre la lana, el tweed y la franela más tradicional y materiales innovadores como el bambú.

El cierre lo pone, en el escenario Neptuno, el doble desfile de peletería de Miguel Marinero y Jesús Lorenzo para la firma Groenlandia.

La 49 edición de la Pasarela Cibeles, único referente de la moda española tras la desaparición de Gaudí, ha contado este año con un aumento de superficie hasta los 14.000 metros cuadrados, y ha acogido las creaciones de hasta 55 modistos entre los que se cuentan una treintena de jóvenes promesas.