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De Céline Dion a Gisela, mercenarios "eurovisivos" bajo banderas ajenas

EFE

Aunque la cantante catalana Gisela quedó eliminada en la semifinal del martes, es un nuevo ejemplo de representante que se imbuye del patriotismo de un país ajeno para defenderlo en Eurovisión, una tarea que desempeñaron también Céline Dion y las españolas Baccara, entre otros.

Gisela interpretó el martes en inglés y con una frase en catalán "Casanova", el tema con el que, a pesar de haber nacido en Barcelona y hecho los coros a su compañera de "Operación Triunfo" Rosa cuando representó a España en 2002, intentó en vano colocar en la final a Andorra.

Este año, Polonia también ha decidido importar a su representante, aunque esta vez de un país que no puede votarle, Estados Unidos, y que bajo el seudónimo de Isis Gee sí pasó el trámite de la primera semifinal con "For life".

Estos casos, no obstante, son más comunes en países de reducido tamaño como el citado Andorra, Mónaco, Luxemburgo o Suiza, para los que, por un lado, resulta más difícil encontrar un candidato anual y que, por otro lado, y desde la entrada del televoto en 1998, aumentan su tirón en la votación gracias a las simpatías del país originario de su representante.

Gisela habría contado, probablemente, con el apoyo de los votos españoles en la final, especialmente en un año en el que muchos fans eurovisivos de la rama tradicional no han comulgado con la vertiente paródica de Rodolfo Chiquilicuatre.

Y es que es curioso que España, que ha ganado el certamen sólo en dos ocasiones -1968 con Massiel y 1969 con Salomé- y ha quedado la última en cuatro -con Víctor Balaguer (1962), Conchita Bautista (1965), Remedios Amaya (1983) y Lydia (1999)- haya sido una de las principales exportadoras de cantantes eurovisivos.

Así, además de Gisela, fue muy destacable el caso del dúo femenino Baccara en 1978, que tras triunfar en toda Europa con "Yes Sir, I can boogie" fichó por Luxemburgo para interpretar en Eurovisión "Parlez-Vous Français?".

Mientras el representante de España, Luis Vélez y su "Bailemos un vals", quedaba noveno empatado con Suiza, Luxemburgo lograba ocho puntos más y se colocaba en el séptimo puesto.

Ese mismo país también disfrutó de algunas de sus victorias gracias a artistas franceses, como Jean Claude Pascal, nacido en París, que ganó en 1961 con "Nous Les Amoureux", y France Gall, también procedente de la capital francesa, ganó con la composición de Serge Gainsbourg "Poupée de cire, poupée de son" en 1965.

Los vínculos lingüísticos favorecieron también a la mercenaria más célebre de la historia de Eurovisión, la canadiense de Québec Céline Dion, fichaje estelar de Suiza en 1988 y que, como ensayo de la superestrella en la que se convertiría, se llevó el primer puesto con su tema "Ne parlez pas sans moi".

Olivia Newton-John, por su parte, vino de Australia para enfundarse el orgullo de la Union Jack británica e interpretar en 1975 "Long live love", una edulcorada canción que quedó en cuarto puesto.

De Kansas (Estados Unidos) procedía Katrina Leskanich, aunque ya llevaba más de veinte años asentada en Reino Unido cuando le otorgó la victoria en Eurovisión en 1997.

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