El catalán Jordi Galcerán, autor de la exitosa "El método Grönholm", regresa a la cartelera madrileña con "Carnaval", su última obra, en la que cambia radicalmente de género y se sumerge en un thriller policiaco sobre la desaparición de un niño.

Galcerán presentaba hoy este nuevo proyecto en el Teatro Bellas Artes, escenario sobre el que se representará "Carnaval" desde el próximo miércoles bajo la dirección de Tamzin Townsend.

Esta será la tercera vez que Townsend y el dramaturgo catalán trabajan juntos. Ambos comenzaron sus colaboraciones hace ocho años con "Palabras encadenadas" y consolidaron este tándem de éxito con "El método Grönholm", obra que ha permanecido varias temporadas en cartel y ha traspasado fronteras.

Pero el propio Galcerán dejaba claro que este nuevo libreto no tenía nada que ver con el anterior y que nació "con la intención de ser algo completamente diferente, para poder avanzar".

"'El método...' llamaba mucho al público porque sabía que iba a pasarlo muy bien y ahora vienen a pasarlo muy mal. Como entonces, lo que propongo es una experiencia muy intensa, pero en otro género. Y si tenemos la mitad de éxito, me doy por contento", explicaba.

Durante una hora y media el espectador queda "enganchado" -según explicó Townsend- a la investigación del secuestro de un niño que desapareció mientras jugaba en el parque el día de carnaval, y sobre el que pesa un ultimátum de 30 minutos que el público vive en tiempo real.

Y es que, tal como confesó el dramaturgo, es "todo un reto" escribir una obra de este género tan poco dado en el teatro, pero al que estamos "muy acostumbrados en cine o novela".

Un escollo que Galcerán ha resuelto con una trama aparentemente "sencilla, sin recursos cinematográficos", que esconde una pregunta velada sobre "la maldad, la inseguridad y cómo reaccionamos ante el miedo".

Nuria González, Víctor Clavijo, Violeta Pérez y César Sánchez conforman el equipo de policías que intenta aportar luz al caso y que aportan, a la vez, la parte más humana y vulnerable de esta profesión.

El reparto al completo coincidía en destacar dos de las claves de esta función: por un lado un texto que "te encoge y es imposible dejarlo", y por otro la labor de Tamzin Townsend para darle fuerza y claridad a la escena.