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Carlos Fuentes dice que para que la ficción sea ficción, "la prensa debe ser verdad"

EFE

El escritor Carlos Fuentes reflexionó esta noche, tras recibir el Premio González-Ruano de Periodismo, sobre la relación entre la realidad periodística y la ficción, y defendió la importancia de dejarle a la literatura "la verdad de la mentira" y a la prensa, "prohibirle la mentira de la verdad".

"Para que la ficción sea ficción, la prensa debe ser verdad. Cuando la novela convierte la verdad en ficción, es fiel a sí misma, pero cuando la prensa convierte la verdad en ficción, resulta increíble y condenable", dijo el escritor al agradecer el prestigioso premio en una cena a la que asistieron numerosas personalidades.

Fuentes, uno de los narradores más importantes en lengua española, mereció este galardón por su artículo "El Yucatán de Lara Zavala", publicado en el diario Reforma, de México, el 7 de abril de 2008.

En ese artículo reflexiona sobre la relación entre historia y novela, el mismo tema al que el autor de "La muerte de Artemio Cruz" dedicó sus palabras de agradecimiento del premio que concede la Fundación Mapfre y que, por primera vez, ha recaído en un escritor hispanoamericano.

Fuentes sabe cómo hacer ameno cualquier discurso, por muy solemne que sea el escenario, y hoy amenizó el suyo con sabrosas anécdotas, como la que contó de Gabriel García Márquez.

Cuando el Premio Nobel colombiano era jefe de redacción del diario "El Universal" en Barranquilla, dio por cerrada una noche la edición del día siguiente y se retiró a su casa.

Nada más llegar, recibió la llamada de un redactor que, alarmado, le decía que había que cambiar la primera página porque había muerto el cónsul de Japón.

"Qué pena. Pero eso no amerita cambiar la primera página", afirmó el autor de "Cien años de soledad".

"¡Es que se lo comió un cocodrilo!", exclamó el redactor.

Esta anécdota le sirvió a Fuentes "para ilustrar la ambigua relación entre la noticia de prensa, la ficción y la historia" y para reconocer cuánta razón hay en ese dicho de que "la historia supera a la ficción".

"Créanlo ustedes: el novelista latinoamericano tiene que vérselas con una historia al lado de la cual la ficción se desvanece pálida", aseguró el escritor, quien a continuación contó varios ejemplos.

Entre ellos el de Antonio López de Santa Anna (presidente de México once veces), que "perdió una pierna en la llamada 'Guerra de los pasteles' contra Francia en 1838 y enterró la extremidad perdida con Tedeum y bajo palio en la catedral, sólo para ver la misma pierna desenterrada y arrastrada por las calles cada vez que cayó de la presidencia, sólo para enterrarla de nuevo cada vez -y fueron once- que regresó el poder?", se preguntaba Carlos Fuentes entre las risas de los asistentes.

La tarea del novelista, destacó, es "superar a la historia, aprovechar la noticia y crear una obra literaria", y así lo han hecho autores tan señalados como Augusto Roa Bastos, Vargas Llosa, Alejo Carpentier o García Márquez en algunas de sus obras más famosas.

A veces, añadió el autor de "La región más transparente", las novelas surgen de "noticias modestas", como las que inspiraron a Flaubert "para crear a Mme. Bovary, y Stendhal, para crear a Julien Sorel y la novela 'Rojo y Negro'".

"El novelista puede tomar una noticia de prensa y convertir la pequeña historia de una mujer desesperada y un seminarista asesino en caracteres ejemplares de la condición humana, legibles no una sola vez, sino muchas, gracias a la ambigüedad que los habita. En cambio, la noticia de prensa no puede darse estos lujos", porque el periodista "que incurre en ambigüedad, deforma la noticia".

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