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Caja Castilla La Mancha no cumplía el baremo de solvencia

Su capital sobre riesgos bajó al 7,5% cuando el mínimo es del 8%. Zapatero reconoce que existía riesgo de que llegara a ser insolvente. Unicaja discrepó sobre la valoración de los activos

V. Z. / P. G. / F. V.

El Gobierno explicó el domingo que la intervención de Caja Castilla La Mancha (CCM) se debía únicamente a sus problemas de liquidez. Pero eso no es lo único que ocurre en la entidad castellanomanchega. La decisión también se basó en las dudas que existen sobre su solvencia a corto plazo.

En el Banco de España saltaron las alarmas cuando vieron que el capital sobre riesgos (la medida que utiliza el supervisor para calcular el grado de confianza de un banco o caja) había bajado del mínimo exigido, debido al elevado aumento de su morosidad. Al cierre de 2008, se situó en torno al 7,5%, según ha podido saber Público, cuando es obligatorio tener al menos un 8%. Bajar de esa cifra no supone que la caja sea insolvente en este momento, pero sí alerta de riesgos a corto plazo.

El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió ayer en una entrevista en la CNN que la caja 'tenía riesgo de tener un problema de solvencia en un plazo determinado'. El subgobernador del Banco de España, José Viñals, insistió, sin embargo, en que CCM es 'una entidad con un patrimonio neto positivo y por tanto solvente', en estos momentos, informa Belén Toledo desde Valencia.

Viñals no quiso 'prejuzgar' si los gestores de la entidad han hecho mal su trabajo. El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, sí entró a valorar la actuación del equipo de Juan Pedro Hernández Moltó, de quienes dijo que habían hecho una 'gestión inadecuada'y no suficientemente cautos a la hora de invertir en el sector de la construcción. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se esforzó en defender la solvencia de la caja al asegurar que 'no tiene problemas patrimoniales' y que el Gobierno le ha asegurado que no hay actuaciones dudosas ni irregularidades.

No obstante, eso no se confirmará hasta que los interventores del Banco de España ahonden en la verdadera situación de la entidad. De momento, las cuentas aún no se han aprobado (iba a hacerlo hoy el Consejo de Administración) y la auditora Ernst & Young no ha firmado las mismas. Todo lo que se conoce hasta ahora son los resultados que la propia caja envió al Banco de España (con unos beneficios de 30,6 millones de euros).

Precisamente, la realidad de la entidad fue la que echó por tierra la fusión con Unicaja. En la caja malagueña consideraron que no debían publicarse beneficios sino pérdidas, para hacer las máximas dotaciones posibles, y además discreparon ampliamente con el Banco de España y el auditor independiente sobre la forma de valorar los créditos fallidos. Los gestores de Unicaja entendían que el 85% de los impagados actuales debían considerarse irrecuperables, mientras que el supervisor los cifraba en un 30% y el auditor en el 45%, según fuentes financieras.

La versión oficial se limita a explicar que Unicaja pedía más ayudas. El subgobernador del Banco de España explicó en Valencia que Unicaja reclamó más dinero al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) del que éste estaba dispuesto a ofrecer (un préstamo de 500 millones más avales públicos de 900 millones) y que no fue posible llegar a un acuerdo. En esta tesitura, el supervisor decidió sustituir a los administradores, añadió Viñals, porque 'mantener la situación abierta hubiera podido dañar a la entidad en el futuro'. Aun así, intentó quitar importancia a la actuación y aseguró que en ningún caso supone un problema para el conjunto del sistema bancario español.

En todo caso, Bruselas quiere conocer todos los detalles de la operación y la Comisión Europea ha pedido información sobre la intervención para valorar si se trata o no de una ayuda de Estado compatible con la legislación europea.

Por su parte, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, elogió la política del Banco de España y regulación financiera en una reunión con Zapatero.

Las autoridades se esforzaron en asegurar que la intervención de CCM es un caso aislado y no el primero de una gran cadena (la patronal de cajas dijo que tienen solidez suficiente para afrontar la crisis) pero los inversores no lo vieron así. Por eso, el diferencial entre la rentabilidad de la deuda española y alemana aumentó de 0,95 puntos a 1,02 puntos, lo que supone que crecieron las dudas sobre la economía española.

Las entidades financieras también tuvieron su castigo en los mercados. Si bien el comportamiento de sus cotizaciones bursátiles fue, en general, menos malo que el de sus competidores internacionales, los temores de los inversores a que puedan quebrar aumentaron mucho. El coste de protegerse frente a un impago de Santander y BBVA lideró las subidas en España, según Bloomberg.

Los portavoces de la Comisión de Economía del Congreso debaten hoy cuándo y cómo se producen las comparecencias del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y del vicepresidente económico, Pedro Solbes, para explicar la intervención en CCM.

Según fuentes parlamentarias, el presidente de la Comisión, Antonio Gutiérrez, había cerrado con la mayoría de los grupos un acuerdo para que Ordóñez hubiera asistido esta misma mañana (asistirá a otro acto público, en todo caso), pero el PP exigió que la comparecencia fuera conjunta con Solbes.

El Gobierno, sin embargo, rechaza esta opción, porque considera que no deben ir juntos por el estatuto de independencia del Banco de España. Antonio Gutiérrez propone que Ordóñez comparezca el jueves por la tarde, y dejar para más adelante la de Solbes, que ese día tiene que acudir al G-20.  

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