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La Caixa analizará posibles compras en el sector de cajas

Fainé admite que, con el tiempo, reducirán su participación en su nuevo banco

V. ZAFRA / G. AYUSO

La Caixa es un gigante en España. Tiene más de 5.400 sucursales y aun así no descarta seguir aumentando su tamaño a través de la compra de alguna caja que pueda surgir durante la reestructuración profunda que se va a producir en el sector en los próximos meses. La conversión en banco anunciada el jueves (y que la bolsa premió este viernes con una subida del 17% en las acciones de su holding Criteria) es sólo un punto de partida de una nueva historia de crecimiento en la que el grupo quiere ser más fuerte tanto en España como fuera.

Hasta julio, su prioridad es la transformación del grupo, pero siempre con la vista puesta en lo que ocurra alrededor. 'Cuando hay una oportunidad de crecimiento la analizamos. No estamos cerrados a nada pero tampoco abiertos en este momento a nada concreto', dijo Isidro Fainé, presidente del grupo, durante la presentación de resultados de 2010, cuando la entidad ganó 1.307 millones de euros, un 13,4% menos después de haber dedicado 2.651 millones a rellenar la hucha antimorosidad. Al cierre del año, la caja tenía un tasa de mora con promotores del 21,83%.

Promete no reducir la obra social pese al cambio de estructura de la caja

Fainé se esforzó el viernes en dejar claro que el traspaso de los activos de la caja al banco no supondrá en absoluto la desaparición ni reducción de la obra social. Luchaba contra la teoría extendida de que cuando haya accionistas, habrá que repartir el mismo beneficio entre más gente y habrá, por tanto, menos dinero para las actividades filantrópicas. A juicio de Fainé, con la nueva estructura la caja podrá crecer más y tendrá más beneficios, con lo que la obra social no sufrirá. De momento, en 2011, se mantienen los 500millones de presupuesto que ya hubo en los últimos tres años.Fainé garantizó que habrá esa misma cifra, como mínimo, en los próximos diez años.

Lo que no garantizan los ejecutivos de La Caixa es que vayan a mantener para siempre la participación del 81,1% que inicialmente van a tener del banco (CaixaBank). Con el tiempo se irá diluyendo, según Fainé, porque no tienen ningún inconveniente en hacer una nueva ampliación de capital si hace falta para elevar la solvencia. De hecho, en la caja no descartan rebajar este porcentaje por debajo del 50% porque tienen claro que con una participación menor se puede seguir controlando la entidad, como ocurre en la mayoría de los bancos.

La entidad ganó 1.307 millones en 2010, un 13,4% menos que en 2009

Una de las grandes dudas que ha quedado con esta operación y que los ejecutivos de La Caixa no resolvieron este viernes es qué van a hacer con sus participaciones en Telefónica y en Repsol. A diferencia de las de Gas Natural o Abertis, estos dos paquetes accionariales se traspasarán al banco como activos disponibles para la venta, aunque eso no tiene por qué implicar que vayan a desprenderse de ellos mañana. Fainé dijo que lo hará si necesita los 3.500 millones que tienen en plusvalías en estas dos compañías, pero también aseguró que no le gusta vender y que prefiere cobrar dividendos.

Los ejecutivos de la caja criticaron duramente la guerra de depósitos abierta en España en los últimos meses y la calificaron de 'patológica' y 'perjudicial' para los clientes y para la economía española, porque la consecuencia es que se incrementa el precio de los créditos y se 'vuelve imposible' acceder a ellos.

En la misma semana que el Gobierno anunció sus nuevas exigencias para empujar a las cajas a convertirse en bancos y sólo un día después de que La Caixa anunciara su intención de hacerlo, Unnim la caja catalana resultante de la fusión de Caixa Terrassa, Sabadell y Manlleu aprobó el viernes su transformación en banco. Reconoció que lo hace para adaptarse a los nuevos requisitos de capital.

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