Estamos ya en plena tercera semana de Vuelta y los que se dieron cita en la salida de Granada pensando en el Mundial ya ha girado su cabeza definitivamente hacia Varese, donde en semana y media están obligados al último gran esfuerzo de la temporada.

El goteo es constante. Todo aquel que tiene algo que hacer en la prueba mundialista, sobre todo si es extranjero, mira el recorrido, comprueba donde puso la cruz para hacer las maletas y cumple con el plan establecido.

El primero fue Freire, que no quería una experiencia como la del pasado año, cuando se dejó en casa las energías que luego necesitó fuera; le siguieron los italianos, sus grandes enemigos. Rebellin, Ballan, Cunego ... sólo falta Bettini, que algo ha debido ver en la jornada con final en un pequeño repecho de Las Rozas para retrasar su abandono.

También se ha ido el francés Chavanel y el belga Boonen celebró su triunfo de ayer anunciando su marcha hoy. Todos dejan la Vuelta y se centran en el mundial.

Pero esto que en principio podría parecer un desdoro para la gran ronda española por etapas, y que no hace mucho dañaba su prestigio, dista de perjudicarla. Es más, la beneficia porque la gente ya no acude a rodar como hace unos años, sino que se marca objetivos y hace sus test, lo que les lleva a hacerse notar, a tener presencia.

Todos los retirados de postín han dado la cara. Desde el subcampeón olímpico Rebellin, que ha rozado la victoria, se ha mantenido en las primeras posiciones y hasta ha subido con los primeros el Angliru; hasta el vigente campeón mundial, Bettini, que ya ha ganado dos etapas y pudiera buscar una tercera.