El discurso de Emilio Botín en la Junta anual de Accionistas suele durar entre 25 y 30 minutos. Ayer rondó los 45 minutos porque había demasiados problemas económicos y financieros a nivel mundial y español por comentar. Y uno de los asuntos a los que dedicó más minutos fue a hacer recomendaciones al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Aseguró que el plan de recorte del gasto de 15.000 millones de euros anunciado es necesario y va por buen camino, pero no es suficiente. Debe ir acompañado dijo por 'medidas de ajuste profundo' y por 'reformas muy serias muy serias [lo repitió con énfasis] en diversos ámbitos, como el sistema financiero, el mercado laboral, la educación y el sector energético'.

Aunque citó esos cuatro ámbitos, hizo hincapié en las medidas para crear empleo. Precisamente cuando el Gobierno está perfilando el real decreto que aprobará el próximo martes, Botín exigió que la reforma se haga 'urgentemente, profundamente y con visión de futuro'. No quiso adentrarse en los detalles porque, dijo, depende aún de los posibles acuerdos de los agentes sociales.

También se adentró el banquero en la situación de las cajas de ahorros, máxime cuando horas antes se había anunciado la fusión de Caja Madrid y Bancaja. Valoró que ya están dando pasos importantes para su reestructuración, pero apostilló que aún hay que completarla y dotar al sector de una normativa que les permita captar capital en condiciones de mercado. 'En suma, darles herramientas para que pueda fluir el crédito', aseguró, dejando bien claro que muchas de ellas tienen el grifo del crédito cerrado.