Mascar no es esnifar. Y la hoja de coca no es cocaína. Bolivia se ha puesto en pie, con su presidente Evo Morales a la cabeza, para pedir un cambio en la Convención de la ONU sobre Estupefacientes de 1961, que penaliza prácticas milenarias como el masticado de hoja de coca, con el que los indígenas de los Andes han combatido desde hace siglos dolencias como el mal de altura.
Centenares de indígenas y campesinos han organizado distintas marchas en las últimas semanas para reivindicar el masticado llamado 'acullico' o 'pijcheo' como una parte de su cultura y tradición que está amenazada por leyes obsoletas y que no tienen en cuenta lo que demuestran varios estudios científicos: que la hoja de coca sin procesar no tiene ningún efecto nocivo en la salud humana, sino todo lo contrario.
El Consejo Económico y Social de la ONU trata el asunto el 18 de febrero. Estados Unidos, Reino Unido y Suecia han dicho que bloquearán el intento de eliminar la prohibición. 'La masticación de la hoja de coca es una práctica ancestral y milenaria que no puede ni debe ser prohibida', aseguraba Morales en la carta que envió recientemente al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
La Convención de la ONU sobre Estupefacientes declara ilegal el consumo de esta planta medicinal
'Prohibir el masticado constituye un atentado a los derechos de los pueblos indígenas, consagrados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas', añadía el líder boliviano.
La hoja de coca fue declarada ilegal en la Convención de 1961, que indicaba que 25 años después de su entrada en vigor, los países debían prohibir prácticas como su masticado.
El plazo terminó en 2001 pero una prohibición de ese tipo en Bolivia sería como vetar el mate en Argentina o el snus (tabaco mascado) en Suecia. Impensable. Por lo generalizada que está entre la población y por lo asociada que está a la cultura local.
Ya en 1975, un estudio de Harvard sobre el valor nutricional de la hoja de coca confirmó que esta posee un 46% de carbohidratos, un 18% de proteínas y un 14% de fibras vegetales. Sólo un 1% es el ingrediente de la cocaína. Más recientemente, en 1995, otro estudio de la ONU señaló que 'el uso de la hoja de coca no parece tener efectos negativos en la salud'.
'La uva no es lo mismo que el vino y el uranio no es lo mismo que la bomba atómica', afirma la embajadora boliviana en España, Carmen Almendras. 'De igual modo, la coca no es la cocaína. Para obtener la droga se requieren cantidades ingentes para procesarla y unos químicos especiales que no se fabrican en Bolivia. No hay que combatir una práctica milenaria, sino el narcotráfico', subraya.
'El mate de coca es un oxigenador natural y para alturas elevadas da un alivio inmediato'
En Bolivia, su uso está extendido en varios formatos de bebidas, tanto mates como refrescos. 'El mate de coca es un oxigenador natural del organismo y cuando uno viaja a un lugar muy alto y se toma un mate, siente un alivio inmediato', explica a Público Ricardo Hegedus, director de la empresa Windsor, líder en el mercado boliviano en tés y mates, con el 70% del mercado nacional. 'Hay un tabú en todo el mundo por el tema del narcotráfico pero la hoja de coca, sin ser procesada como se hace para fabricar cocaína, no sólo no tiene incidencia negativa en la salud sino que es beneficiosa. Por eso la usaban los incas'.
'[La convención de la ONU] nos afecta mucho se queja Hegedus porque tenemos una demanda de nuestro mate de muchos lugares del mundo pero no lo podemos exportar porque las leyes de los países de destino no permiten ingresar el mate de coca. Sólo Holanda lo permite'.
Además de los mates, empresarios bolivianos lanzaron el pasado enero una gaseosa energizante elaborada con hoja de coca. Su nombre es Coca Brynco.
Cuenta la revista Newsweek que la excepción a las reglas de la Convención de Estupefacientes la logró la multinacional Coca-Cola. Permite exportaciones de hoja de coca de la cual han sido eliminados varios ingredientes.
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