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Birmania conmemora el 60 aniversario de la independencia bajo una dictadura

EFE

La Junta Militar de Birmania (Myanmar) conmemoró hoy el sexagésimo aniversario de la independencia con la nación cada vez más aislada internacionalmente por la reputación de su Gobierno de corrupto e incumplidor con los derechos humanos.

El hombre fuerte del país, Than Shwe, presidente del Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo, el nombre escogido por la Junta Militar a finales de la década pasada, pidió hoy a los 43,4 millones de birmanos unidad, cooperación, solidaridad, trabajo y patriotismo para construir una nueva nación.

Unidad para salvaguardar y perpetuar la independencia y soberanía del Estado, cooperación para impedir la desintegración nacional, solidaridad con la Constitución que redacta la Convención Nacional, trabajo para erigir una nación democrática, disciplinada y moderna, y "espíritu patriótico y de sacrificio" para cumplir los siete puntos de la Hoja de Ruta diseñada por la Junta Militar.

El general Than Shwe, considerado un experto de la guerra psicológica, omitió en su mensaje una fecha, aunque sea lejana, para la consecución de la prometida nación democrática, pacífica, moderna y disciplinada.

La Convención Nacional invirtió trece años para aprobar el pasado mes de diciembre, en palabras del presidente birmano, "los principios fundamentales y básicos para redactar una constitución", por lo que la cuestión radica en cuánto más tardará en formatear la carta magna.

El importante trabajo de este órgano creado por los militares no debería tropezar con gran controversia porque el principal partido de la oposición democrática, la Liga Nacional para la Democracia (LND), dirigido por la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, no participa en los debates.

A pesar de la creciente presión exterior, la Junta Militar no parece tener prisa, porque tiene a la oposición democrática amordazada (Suu Kyi vive bajo arresto domiciliario desde 2003 sin conexión de internet y con el teléfono y las visitas controladas) y ha encarcelado o expulsado al exilio a la disidencia.

La mayores manifestaciones antigubernamentales en casi una década en Birmania (Myanmar), surgidas el verano pasado con ocasión del aumento de los precios de los combustibles, fueron aplastadas por la fuerza y sin miramientos, a pesar de que monjes budistas encabezaban las marchas pacíficas.

Las autoridades sólo reconocieron diez muertos y casi 3.000 detenciones desde que lanzó la represión, el 25 de septiembre de 2007, cifras lejanas a los más de 200 asesinatos y 6.000 arrestos que denunció la disidencia.

"Nuestra paciencia se está agotando. Ya va siendo hora de que las autoridades y el pueblo de Myanmar (Birmania) disfruten de democracia y libertad", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante una rueda de prensa en Bangkok el 10 de diciembre pasado.

Ha pasado casi un mes desde la advertencia y el Gobierno militar birmano "no muestra interés alguno" en dialogar con Suu Kyi y la LND, de acuerdo con el informe de enero de 2008 del grupo The Economist Intelligence Unit (EIU), con sede en Londres.

EIU fundamenta su conclusión en que el "enlace" nombrado por la Junta Militar para dialogar con Suu Kyi, el ministro de Trabajo, Aung Kyi, no se reúne con la líder opositora desde hace semanas, en que la nueva constitución se redacta sin la participación de la LND y en que la Nobel de la Paz continúa bajo arresto domiciliario.

Es un sentimiento generalizado de los birmanos que los esfuerzos de la ONU apenas surtirán efecto en los generales, indicaron a Efe el líder estudiantil y promotor de Assistance Association for Polítical Prisioners (AAPP) John Glenn y la doctora birmana Cynthia Hamhung, quien atiende a miles de refugiados compatriotas en una clínica en la frontera birmana de Mae Sot.

Ambos opinaron que la clave del cambio no depende de la Unión Europea y los EEUU y sus sanciones, sino de China, la India y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

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