La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, firmaron una carta en la que resumen en qué consiste la “refundación” de Europa. Aunque la carta pretende exhibir de nuevo la cohesión del eje francoalemán, entre ambos socios sigue habiendo divergencias clave que podrían frustrar la cumbre que comienza esta noche en Bruselas. Altos funcionarios de Berlín rebajaron las expectativas del encuentro al asegurar que la canciller no está dispuesta a aumentar la capacidad del nuevo fondo de rescate, permitir que sus recursos se sumen al que ya está en vigor o dotar al mecanismo de licencia bancaria para que pueda recibir financiación del BCE.

Las mismas fuentes, citadas al instante por la prensa alemana, criticaban que otros países no estaban dispuestos a dar el gran paso adelante en la disciplina económica que abandera el eje francoalemán. “Soy más pesimista que la semana pasada en cuanto a las posibilidades de un acuerdo”, aseguraron, ya que “está claro que todavía hay muchos que no reconocen la gravedad de la situación”. Las declaraciones encajan dentro del ritual previo a la mayoría de las cumbres por el cual se enfrían las esperanzas de encontrar un acuerdo para hacer ceder al resto de actores de la negociación, pero lo que consiguieron helar fue el optimismo de los mercados, que en los últimos días habían ignorado otro tipo de indicaciones más desalentadoras.

Con las dudas de Berlín, las bolsas cayeron y las rentabilidades de la deuda se dispararon. Así, la prima de riesgo española (su diferencia respecto al bono alemán), que logró comenzar la semana por debajo de los 300 puntos, se disparó hasta los 333 puntos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 5,427, dos décimas más que el martes. También repuntó con fuerza el diferencial de la deuda italiana, que se vuelve a acercar a los 400 puntos. Mientras, el bund alemán se relaja, favorecido por el buen resultado de la subasta de hoy, muy diferente a la del pasado 23 de noviembre, que no logró cubrir. Este miércoles, el Tesoro germano colocó 4.000 millones en títulos a cinco años, a un interés del 1,11% (la semana pasada, España emitió títulos a este plazo a un tipo del 5,54%). En las bolsas europeas, las caídas se movieron entre el 0,79% del Ibex 35 español y el 0,11% del CAC 40 francés.

La cumbre, que comenzará con una cena en la que participarán los 27, tratará la colección de medidas para avanzar en la integración económica y la austeridad, entre las que se encuentran un límite constitucional al déficit, sanciones automáticas para los países incumplidores, más poder y autonomía para los países del euro y cumbres mensuales de sus líderes. Además, para facilitar la toma de decisiones, Merkel y Sarkozy exigen

que las decisiones sobre el rescate dejen de tomarse por unanimidad y que se abra la puerta a que grupos de países avancen sin sus socios en asuntos como la tasa sobre las transacciones financieras, la armonización del impuesto de sociedades, el mercado laboral o la reducción de las diferencias de competitividad.

La gran incógnita formal reside todavía en la fórmula legal que adoptarán las reformas. Reino Unido amenazó con vetar el texto, que requiere unanimidad, si no recibe “salvaguardas”. Aunque los cambios legales prevén una coordinación más estrecha de la eurozona sin imponer nuevas obligaciones al resto de socios de la UE, Cameron reclama contraprestaciones para garantizar que la City de Londres se mantenga como centro financiero de la UE.