El presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar, ha apostado hoy por una Europa "decisivamente reformista" que, para salir de la crisis económica y de valores, debe creer en sí misma, tener más ambición y abrirse al mundo "más que nunca".

Tras recibir de manos del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Santer la Medalla de Oro al Mérito Europeo, distinción que concede la Fundación del Mérito Europeo, Aznar ha asegurado que Europa tiene instrumentos "suficientes" para abordar esta tarea.

El ex presidente del Gobierno ha abogado por una Europa más influyente y con más responsabilidad en el momento actual, un tiempo -ha dicho- más de "perdones que de valores".

"Sé que uno es más simpático si pide perdón que si defiende lo que piensa", ha añadido Aznar, para quien no es cuestión "de pedir perdones ni de ser el más simpático", sino de defender las convicciones porque al final éstas, junto a la conciencia, son "lo que le permite a uno andar por la vida con la cabeza bien alta".

El presidente de FAES ha agradecido la distinción concedida, que supone, ha dicho, un "grandísimo honor" y ha repasado sus ideas y el papel de su Gobierno en política europea.

Entre los hechos, Aznar ha citado la normalización de la presencia en la OTAN, la entrada en el euro, la contribución española a la ampliación o el trabajo para "conseguir colocar a España en la mejor posición institucional que nunca había tenido en la Unión Europea".

Sobre sus ideas, ha vuelto a exponer su creencia en que Europa es una necesidad, así como en una Europa atlántica porque, según ha asegurado, la Unión Europea "es posible por esa relación atlántica y será posible porque continúe siendo atlántica".

Aznar ha defendido además una reforma de la Alianza Atlántica "para responder a las nuevas amenazas que pesan sobre nosotros" y la creación de un "área atlántica de prosperidad".

"La Europa en la que creo es la basada en las raíces históricas nacionales", ha señalado el ex presidente del Gobierno antes de afirmar que ha llegado el momento en que la Unión fije sus límites, no sólo geográficos.

A su juicio, Europa "será más influyente" si sigue el camino de la reforma económica y consigue convertirse en "el área económica más importante del mundo", y perderá influencia "si sigue como va" por lo que debe apostar por "incrementar su responsabilidad".

En este sentido, ha indicado que el secreto de la influencia de Europa en la toma de decisiones está en su transformación económica, por lo que hay que apostar por una Europa "decisivamente reformista".