Los planes de una ruta de autobús distinta para residentes y para inmigrantes en la ciudad de Foggia, en el sur de Italia, ha provocado acusaciones de discriminación y reabierto un debate sobre el tratamiento a los ciudadanos de países de fuera de la UE.

Las autoridades en Foggia, en la provincia de Puglia, eminente agrícola, dicen que el nuevo servicio de autobús de 24 horas llevará a los extranjeros directamente a un hospedería para inmigrantes, y esquivará un barrio de clase trabajadora que ya dispone de un servicio de autobús de 24 horas.

"En el núcleo de la decisión están los enfrentamientos entre inmigrantes y residentes", dijo el alcalde de centroizquierda de Foggia, Orazio Ciliberti, citado por el diario La Repubblica. Ciliberti dijo que los inmigrantes podrán viajar libremente en el autobús que elijan.

"No estamos hablando de racismo, sino de ofrecer un mejor servicio".

Las noticias sobre la ruta, que comienza el lunes, han levantado una fuerte polémica en los medios italianos, que han comparado la medida con los tiempos de la era del apartheid en Sudáfrica y la lucha contra los autobuses segregados del sur de Estados Unidos en los años 50.

"La ruta para ciudadanos no europeos en Foggia, que suena a segregación, debería ser anulada tan pronto como sea posible", dijo el presidente regional de Puglia, el comunista Nichi Vendola.

Las autoridades dicen que la fricción ha aumentado entre los habitantes de clase trabajadora del barrio de Mezzanone y los aproximadamente 800 inmigrantes que viven en el centro de Cara después de una serie de robos atribuidos a los extranjeros.

Habib Ben Sghaier, dirigente de la asociación de inmigrantes Asci en Foggia, calificó la medida de racista y dijo que las autoridades locales están concentradas en las próximas elecciones locales: "Así no es cómo se logra la integración", dijo a La Repubblica.

Los grupos de derechos humanos han acusado a la coalición derechista del primer ministro Silvio Berlusconi de discriminación contra los inmigrantes. Pero las medidas extremas, incluida una campaña contra la inmigración ilegal, han impulsado la popularidad de Berlusconi en el país, donde se ha señalado a los inmigrantes como responsables de un determinado número de casos de violación.